Investigando la Zona (Pasado)

Isla de las plumas negras, un paraje bastante extraño no solo por sus arenas negras o las historias del enorme pájaro que sobrevuela el archipiélago, leyendas para nada salidas de lo normal, teniendo en cuenta que había zonas del planeta donde habitan criaturas enormes y de terribles poderes. Pero basta de hablar sobre el terreno, lo que había traído al monje de cabellos castaños a estas islas era una petición de uno de los caballeros, la zona estaba planificada para que Tart pusiera unas instalaciones turísticas, si bien los miembros del martillo de la justicia en general veían esos lugares como triviales, lo cierto es que un descanso nunca venia mal de ves en cuando, y para asegurarse de que la zona no tenia tantos peligros o al menos algo que no pudiesen manejar le enviaron de explorador.

El cruzado ingresa en el territorio mediante un portal, un blasón que permitía el movimiento rápido en larga distancias. Pisa la arena negra de una de las playas, la sensación era de calor pues no tenia ningún tipo de calzado, usualmente las personas que entraban en parajes como ese llevaban algún tipo de botas, pero en el caso de Hyuk no era así, pues lo consideraba parte de su entrenamiento. Tenia en tiempo cronológico una semana para inspeccionar una de las islas y asegurarse que era segura, luego enviar un aviso de nuevo a Tart para que vinieran los ingenieros a fabricar los complejos turísticos.

Hacia un calor bastante elevado, normal teniendo en cuenta la proximidad al medio día. Se notaba el contraste con el frio de las aguas, que hacían que la arena húmeda se sintiera bastante diferente a la seca, podría decirse que la sensación era agradable, pero de todas maneras tenia trabajo que hacer. Continuo caminando por la playa, busca una zona que no tuviese tantas formaciones rocosas cerca de la orilla, de esa manera seria mas fácil de construir. Así pasaron horas hasta que encontró un lugar propicio cerca de la salida de su portal, ahora tenia casi todo el trabajo hecho, solo restaba informar a Tart.

Como todo bien turista que practicaba artes marciales, al ver que no tenia nada mas que hacer se acerco a la orilla, sentándose mientras cruzaba las piernas. El agua llegaba a la altura de su cintura, su intención en esos momentos era meditar, entrar en armonía con los espíritus de esa isla, para ello relajo todos sus músculos y limpio su mente, simplemente sentía el vaivén del agua, el sonido del viento, la temperatura del sol. Poco a poco comenzaron a hacerse notar los tenues pero característicos sonidos de los espíritus, que ahora se aproximaban al cuerpo del monje, sin embargo de un momento a otro una perturbación los alejo, alguien mas se encontraba en las cercanías.

Esto ocurrió hace tres años, ella solo tenía 17 años aunque claro debido a su estatura y su físico, aparentaba 13 años, la joven estrenaba ese día la que sería su ropa favorita de ahora en adelante, un vestido celeste, que dejaba el ombligo al aire y con una falda transparente que le dejaba ver su ropa interior también celeste, aunque claro a la chica no le importaba, pero dejemos de hablar de ella. Ese día y gracias a su blasón, había decido investigar las famosas islas de las plumas negras, todos los de la región del arco de la luz, sabían de esas islas pero nadie quería ir, aunque Emili estaba de acuerdo con el método pacifico de su región le molestaba un poco que un tuvieran espíritu aventurero como ella, aunque eso no impedía a que ella misma fuera a los lugares más peligrosos para investigar, descubrir y quizás conocer a gente nueva.

Al llegar a aquella isla el calor le invadió por todo el cuerpo, por suerte su nueva ropa era fresquita a así que no le molesto mucho el calor y la humedad propio de las islas, la joven se dedico a pesar tranquilamente, mientras tarareaba alguna canción, no tenía prisa por volver a casa, total nadie la esperaba, a si que podía tomarse todo el tiempo del mundo.

Estuvo paseando por un rato, hasta que pensó que estaría bien descansar en la orilla antes de marcharse, quitándose sus zapatos y calcetines empezó a andar descalza por la orilla del mar, disfrutando de la sensación del agua fría en sus blancos pies, con sus zapatos en su mano izquierda empezó a caminar lentamente con los ojos cerrados, disfrutando de la tranquilidad que proporcionaba el sonido del mar, o al menos así era hasta que sintió que alguien mas estaba allí, la joven abrió los ojos y vio a un joven delante de ella, sentado en la arena, por un momento se quedo parada mirándole fijamente, hasta que después sonrió levemente y se acerco a él, aun no reconocía quien era.

-No sabía que había alguien más por aquí, pensaba que estas islas estaban desiertas-dice en voz alta para que pudiera escucharla, mientras caminaba a paso lento dirigiéndose a el.

Su ropa que consistía de su típica chaqueta de dos colores y su pantalón marrón, absorbían el agua de forma normal por el material que las componía, ese hecho pasaba desapercibido para quien buscaba entrar en comunión con los espíritus. Todo eso sin embargo cayo en cuenta muy rápido para el monje, pues las voces de los espíritus se callaron rápidamente ante una presencia extraña para ellos, estas fueron reemplazadas por una voz femenina, su tono era familiar para Hyuk quien abrió los ojos y giro su rostro en esa dirección. No tardo en reconocer a la dueña de las palabras, se trataba de Emili, una muchacha que el monje conoció desde que era muy pequeña, la había visto crecer, era como una hermanita para él.

El cruzado simplemente se levanto de su postura caminando con calma pero constante hasta las cercanías de la muchacha – Emili, como has crecido – dice el monje mientras esbozaba una sonrisa bastante alegre. Lo cierto es que tenia tiempo que no iba a visitarla, los deberes dentro del Martillo lo habían tenido ocupado bastante, pero era una grata sorpresa volver a verla – yo vine aquí como misión para explorar la zona – se aproxima un poco y le comienza a revolver el cabello con la mano derecha – y tu ¿que me cuentas? ¿Has progresado con tu magia de agua?

Exactamente podría decirse que tenían unos 2 años que no se veían, quizás para una persona ajena el cambio físico sobre Emili no destacara, pues tenia una apariencia mas bien infantil pero Hyuk si podía notarlo, aunque el cambio para otros fuese mínimo – ¿me acompañas? Había terminado mi tarea hace poco pero me gustaría explorar un poco la isla.

Emili se sorprendió al ver de quien se trataba, hacia más de dos años que no le veía, él, quien la había salvado cuando mataron a sus padres y quien había cuidado de ella cuando era una niña, hasta que llego al arco de la luz, para Emili Jae era su ángel de la guardia y aunque sabía que el tenia trabajo con el martillo de la justicia, le molestaba no poder verla ten seguido, pero ahora estaba allí con ella, por eso no se molesto cuando le dijo que había crecido o cuando le revolvió el pelo, a pesar de que le molestaba que la trataran como una niña pequeña.

-Si he mejorado bastante, Jane-san me está entrenando-dijo la joven con una sonrisa en su rostro, después se volvió a poner los calcetines y los zapatos, para poder caminar a su lado y ambos empezaron a explorar el extraño lugar-incluso me regalo esta ropa, ¿te gusta?-pregunto mientras giraba sobre sí misma, enseñándosela, claro sin importarle que se le viera la ropa interior.

-Y ¿por qué estas explorando? No querrán los del martillo de la justicia destruir este maravilloso lugar ¿verdad?-pregunto cruzándose de brazos y mirando al chico seriamente, conocía como funcionaba los compañeros de Jae y no le gustaba que destruyera el medio ambiente.

La joven no dijo nada mas solo caminaba despacio al lado del chico, desfrutando de la suave brisa que hacía que su pelo corto y azulado se moviera suavemente, la joven no pudo evitar cerrar los ojos desfrutando de la sensación, definitivamente no quería que este lugar fuera destruido, esta paz era única e inigualable.

El monje temblo ligeramente cuando mencionaron el nombre de Jane, el solo recordarla le causaba calos frios, era un efecto residual del fénix no le gustaba demasiado aquella mujer, tuvo ciertos traumas antes con espíritus del agua así que era natural que con una maga tan poderosa de ese elemento sintiera algo de “temor” – Lady Jane tiene sus métodos, pero ten cuidado, se le puede ir la mano en las practicas – le comenta mientras sacude la cabeza, buscaba sacarse los pensamientos del fénix de la mente.

La muchacha termina de alistarse, en cambio Hyuk libera un poco del calor del fénix, haciendo que su cuerpo emitiera un tenue vapor rojo, era una manifestación muy sutil de su magia y le permitió evaporar el agua de su ropa. Justo en el momento que había empezado a caminar, Emili hace referencia a su nuevo vestido, girando de manera bastante fluida pero olvidando que la fuerza centrifuga alzaba su ropa, causando como efecto secundario que se pudiese ver su ropa interior. Hyuk arqueo una ceja en esos momentos, era una sensación extraña que luego de pasar un par de años sin verla, se comportase así – ten algo mas de cuidado, una muchacha tan hermosa como tu no debe mostrar sus prendas interiores tan a la ligera – le dice con una pequeña sonrisa, su tono era como el de un hermano mayor que intenta evitarle situaciones incomodas a su hermana.

Comienzan a caminar por el bosque, la sensación de tranquilidad volvió rápidamente, incluso pudo comenzar a observar como pequeñas luces salían de algunas hojas, esos eran espíritus del bosque, seres a los que Hyuk conocía muy bien, podría decirse que eran grandes amigos. Sin embargo no todos podían observarlos, incluso los propios ascendidos muchas veces eran ajenos a ellos, eso fue lo que le llamo la atención de las siguientes palabras de Emili – No te preocupes, no van a destruir nada, simplemente buscan construir una locación de carácter turístico en esta isla – explica el monje – no todos en Tart pueden moverse a lugares como estos con la misma seguridad que nosotros los integrantes del Martillo, por ello es necesario hacer una red de transporte, pero tranquila, te garantizo que ni un solo árbol será talado, tenemos un equipo de ingenieros y magos capacitado para desplazar la vegetación sin hacerle ni un rasguño.

No quiso darle las explicaciones técnicas de lo que implicaba la Terraformación, aunque era una labor de ingeniería bastante completa, estaba bastante probada.

Emili sonrió alegre de que al final no se talara ningún árbol, ni se destruyera nada, aunque claro eso era de esperarse de Hyuk, ya que el siempre había demostrado una gran pasión y respeto por la naturaleza, mientras caminaban la chica disfrutaba del paisaje y de la presencia del chico, aunque ignoro el comentario de su ropa.

-¿Y cómo te va? Hace dos años que no te veo Jae-san, quiero saber todo lo que has hecho este tiempo, ¿conociste a gente nueva? ¿Cómo vas con tus poderes? ¿Los chicos siguen causando problemas?-pregunto curiosa sin dejar de caminar, esta vez caminaba de espaldas y delante del chico mientras no dejaba de sonreír, Emili conocía a todos los espíritus del joven y a todos les caía bien, por lo que se preocupaba por todos ellos como si fuera el mismo Hyuk.

Mientras caminaba tranquilamente pensaba en la última vez que estuvieron juntos y recordaba que podría preguntarle, cuando cayó en la cuenta de que con lo guapo que era muy popular pero también muy inocente.

-¿Tienes novia?-pregunta de repente sin dejar de sonreír le.

Se movían por el bosque, llegando hasta un claro donde había una formación rocosa que denotaba suelo firme, era otro lugar bastante bueno para construir. Aparentemente la cantidad de luces había aumentado, indicando que la zona era donde estaban mas a gusto los espíritus, esta vez por mucho que pudiese moverse el terreno son dañar la naturaleza, los espíritus merecían permanecer en paz y armonía. En esos momentos se percato de la ronda de preguntas de Emili, se le notaba bastante hiperactiva con ello, algo normal a su edad pero al mencionar sobre los “chicos” una ronda de voces paso en su cabeza, eran los cuatro espíritus, todos parecían querer hablar con ella – ¡Se quieren Callar! – no pudo evitar decirlo en voz alta, se había agobiado con tantas cosas a la veces en su cabeza.

Hyuk termina de caminar y se recuesta de un árbol pensando mas detenidamente las preguntas de Emili, no fue demasiado lo que meditar – Sobre mis poderes he aprendido a canalizar no solo espíritus animales sino también cosas como esta – abre la mano y una pequeña criatura brillante de color verdoso se posa en su mano – tranquilo puedes mostrarte, no va a lastimarte – le dice al espíritu referente a Emili. La pequeña hoja se manifestó en su mano aunque se le podía notar algo temerosa, no sentía mucha comodidad junto a la maga – es uno de los espíritus de las semillas, con su poder soy capaz de curar heridas – estira la otra mano y otro pequeño espíritu se muestra, este tenia un color mas oscuro pero seguía teniendo la forma de una hoja – este es el espíritu del roble, con el puedo darle a las personas la fortaleza de los arboles – cierra ambas manos dejando que los espíritus retornaran al bosque del cual habían venido – he mejorado mi camino como monje y podría decirse que ahora vivo entre dos mundos, el físico que observas, y el etéreo donde viven ellos – los espíritus que rodeaban a la pareja se mostraron todos por un breve periodo de tiempo.

Pese a ser un espectáculo hermoso, los espíritus no confiaban en muchas criaturas, sentían especial temor hacia los ascendidos, quienes en diversas ocasiones los empleaban como armas, no era cuestión de las animas, sino que esclavizaban sus voluntades para fines particulares. La tranquilidad del sitio se perturbo por una simple pregunta que saco al monje de su estado de relajación, ese cambio emocional hizo que los espíritus que se habían mostrado desaparecieran, esto vino acompañado por una expresión de duda y ligero rubor en el rostro de Hyu ¿a qué venía esa pregunta sobre si tenía o no tenia novia? – nope, no tengo novia, los trabajos del Martillo y mi entrenamiento espiritual me tienen tan ocupado que nunca pensé en ello – dice con una risa mientras se rasca la nuca.

Emili rió levemente cuando Jae Mando a callar a sus voces, sabía que se pondrían como locos pero no se esperaba que tantos, aun recordaba cuando los conoció a todos, son tan divertidos, que les gustaría poder volver a hablar con ellos en personas.

Mientras caminaba y le contaba todo lo que había hecho llegaron a un acantilado de suelo firme, perfecto para construir y sabia que había Jae había hecho su elección y que seguramente construirían allí, por su parte el joven le estaba mostrando los espíritus que poseía, cosa que a la joven le fascino muchísimo, aunque claro no podía acercarse mucho, aun recordaba la primera vez que le presento un espíritu, el pobre se asusto tanto, que Jae tuvo que deshacer el hechizo, y es que esos espíritus no estaban cómodos con otros seres y menos con los de su clase, debía admitir que eso la ponía un poco triste. Aunque esa tristeza no duro mucho ya que cuando realizo la última pregunta, pudo ver como el joven monje se sonrojaba y se ponía nervioso, lo que la hizo reír aun más.

-Jajajajaja, no te pongas así, solo era una simple pregunta-dijo divertida al ver su reacción-la última vez que te vi, muchas chicas intentaron ligar contigo, eres muy popular entre las mujeres, por eso preguntaba, pero ya veo que sigues tan inocentón como siempre, Jae-san-dijo divertida y burlona por su actitud dan tranquila en ese tipo de temas, aunque una chica de 16 años, que aparentaba 13, no era quien para hablar de temas amorosos.

Después de decir aquello, no volvió a hablar, solo se sentó en el suelo y echo la cabeza hacia atrás mirando el cielo anaranjado por el atardecer, no se había dado cuenta de que el tiempo hubiera pasado tan rápido pero no le importaba, la verdad es que había sido un maravilloso día.

-Te he echado de menos Hyuk -volvió a hablar y llamándole por su nombre por primera vez-espero que no tardemos mucho en volvernos a ver-añadió girando su cabeza para mirarle y sonreírle dulcemente.

Parece que el origen de esa pregunta era un hecho del pasado, Hyuk intento recordar concretamente la situación hasta que visualizo completamente la escena – Pues si, no te voy a negar que en su momento tuve varias “pretendientes” pero como dije, mis labores para el Martillo y mi entrenamiento espiritual me han mantenido alejado de pensar en cosas así – luego rio un poco al escuchar la mención a su actitud de inocentón – la verdad es que son gajes del oficio, estos pequeños amigos son tan inocentes como un niño, supongo que se me pego algo de eso, y no puedo decir que estoy disgustado, todo lo contrario, me ha permitido ver un mundo completamente nuevo que de otro modo seria incapaz – comenta con toda la tranquilidad del mundo.

Emili parecía querer sentarse, se le notaba ahora algo mas tranquila, no era para menos, el abrazo de la naturaleza podía calmar a las criaturas más fieras. Hyuk por su parte se había sentado también aunque algo mas apartado buscando meditar, pero al escuchar las palabras de ella simplemente se levanto y se sentó a su lado, tomando luego ligeramente su cabeza por la nuca mientras aproximaba ambas rostros – yo también te he extrañado mi pequeña – dice antes de darle un beso en la frente – no te preocupes, tratare de hacer algo de tiempo para ir a visitarte a Wu, aunque también podemos mantener contacto con las pantallas de comunicación, no es lo mismo pero también es una opción – suelta la cabeza de la chica, mientras Hyuk se apoya en un árbol que tenían ambos detrás – Pensar que antaño todo esto era solo metal y electricidad

Sus palabras estaban expresadas en los siglos pasados, anteriores a la guerra de mil años, época que era conocida como la “Era de las Maravillas”, realmente le costaba imaginar un mundo tan artificial, sin conexión alguna con la naturaleza. Podría ser una época donde la ciencia obraba milagros, pero estar tan separados de los espíritus realmente le parecía muy triste al monje.

Emili estaba tan concentrada en sentir la energía mágica que flotaba en el aire, en disfrutar de esos momentos de paz y tranquilidad que solo la naturaleza podía brindar, que no se dio cuenta de que Hyuk se había sentado a su lado, hasta que le tomo de la cabeza y acerco su rostro al suyo, esa acción la hizo sonrojar mucho e hizo que su corazón latiera a mil por hora, solo fue un segundo hasta que el beso tierna mente su frente y se alejo de ella como si nada.

Esa acción, tan inocente, sin ninguna malicia, hizo que la cabeza de la joven maga empezara a dar vueltas, aunque se recriminaba a si misma e interiormente ya que no sabía por qué le pasaba esto, era Hyuk de quien hablaban, su ángel de la guarda, y “hermano mayor” no podía ponerse tan nerviosa por un simple beso, a si que intento relajarse y respiro profundamente para luego mirar a Hyuk con una sonrisa.

-Tienes razón, pero no tiene sentido mirar al pasado ¿verdad? Ahora solo hay que concentrarse en crear un mundo mejor y pacifico para las nuevas generaciones-dijo sonriéndole como siempre y decidió levantarse-y a todo esto, creo que será mejor que me marche ya, jane se va a enfadar si llego tarde y me hará entrenar el doble mañana-añadió riendo y se acerco a Hyuk para luego darle un suave beso en la mejilla-hablaremos ¿vale?-le susurro en el oído antes de separarse sonriente y caminar en dirección al bosque para poder abrir el portal, mientras no dejaba de pensar en el día tan maravilloso que había tenido y que esperaba volver a tener.

Las palabras de Emili eran ciertas, no valia la pena pensar en el pasado sino mantener la vista mirando hacia adelante, solo deseaba que las guerras no consumieran el mundo como antiguamente lo habían hecho. El tiempo había pasado y al menos el monje no había sido consciente de ello, no al menos hasta que hablo Emili sobre regresar a Wu o su maestra le haría entrenar el doble, nuevamente un frio le recorrió la espalda al recordar a la Jerarca – Recuerda alimentarte bien Emili, cuídate – le contesta mientras ella se interna nuevamente en el bosque.

Para el monje su labor en este archipiélago había terminado, aunque tuvo un día bastante agradable con Emili, solo restaba regresar a Tart. Su regreso no fue demasiado llamativo, pues en el mismo lugar donde se encontraba abrió un portal para regresar. La salida termino directamente en el interior de Martillo de la Justicia, donde fue a indicar los resultados de su expedición, claramente obviando aquella zona metida algo mas en el bosque, no era una parte que debiera ser perturbada.