Anochecer

Estaba anocheciendo en un pequeño claro del bosque de bambú donde se podía ver a un intento de samurái ponerse en posición de ataque contra el coloso armado, Koth había salido en busca de la cabeza de un hombre de esa nación, pero tras unas pequeñas defensas sin esfuerzo comprobó que no valía la pena su cabeza, cosa que era peor para el samurái que merecer la pena.

-No vales nada-

Dicho esto, señaló con su mano al pequeño humano, con la palma abierta, y de pronto este no se pudo mover, la mano se fue cerrando poco a poco mientras unos gritos agónicos suplicaban piedad, algo que Koth no conocía, y estos gritos no eran de extrañar, por dentro de su cuerpo, su propia sangre estaba licuando sus órganos y sus huesos, desgastándose como una roca azotada por las olas durante años, no tardó en aparecer un pequeño torbellino de sangre que envolvió el cuerpo del samurái, dicho torbellino, tras meterse dentro de la armadura del oscuro guerrero, no dejo del samurái más que polvo de hueso, piel y metal de su katana, todo en polvo, aun así, los gritos deberían haber atraído la atención, y el uso de su magia podría haber atraído a ascendidos interesantes, no obstante guardaría su hacha, examinaría a los objetivos para ver si sus cabezas merecían la pena.

Cualquiera que se acercase podría ver al gran coloso metálico, esperando tranquilo la llegada de alguien.

Era de noche y sabia que no podía estar allí, pero para la joven maga de agua de 20 años, la noche era un lugar tranquilo donde podía pasear, en ese momento mientras exploraba los terrenos de las afueras, entro en el bosque de bambu, normalmente no abrí nadie por allí y era por eso que le gustaba ese le gustaba, pero cuando caminaba pudo ver algo que la asusto.

Era un gran coloso, una gran armadura oscura estaba allí parada como si esperaba a alguien, por un momento pensó en huir, pero no podía juzgar nada, tal vez no era malo, aun así tenia que asegurarse de que nadie podía resultar herido, a si que con paso lento se acerco a aquella cosa.

-Buenas noches, no es un poco tarde para estar por aquí-pregunto con una sonrisa aunque claro, estaba en alerta por si pasaba algo, la verdad es que su presencia era intimida dora.

Los ojos se posaron sobre la chica peli azul, la cual se acababa de acercar, ella solo vería esa extraña luz roja que ocupaba el lugar de los ojos en la armadura, le sacaría alrededor de medio metro, pero no se fiaría de su apariencia, podría ser más ágil y residir allí su fuerte, por ahora, le había saludado, no había sido tan descortés como el samurái, que solo le había cuestionado que hacía por allí.

-No-

La seriedad en su voz era seca, acusativa, seguramente tenia cientos de años más que ella, era ella quien debería estar ya en su casa, dudaba que superase los 30, y a juzgar por cómo se había aproximado, o era absurdamente poderosa, o era un tanto inconsciente.

El incómodo silencio se prolongó, simplemente la miraba, quizás no era más que una cría recién ascendida y su cabeza no valdría nada, pero quizás pudiera sacar una conversación más interesante, o información valiosa, para algo tendría que valer, no era una simple humana como el samurái.

-Que quieres-

No había tono de pregunta de pura seriedad, parecía que le exigía la respuesta.

Emili intento no dejarse intimidar por aquel ser que estaba frente a ella pero le era muy difícil, no aparentar miedo, aunque estaba claro que ese ser no era humano, se sabía solo por su presencia y estaba claro que no era amigable.

-No quiero nada-respondió esta con seriedad y aun alerta por si atacaba-me llamo Emili y solo estaba dando un paseo, pero es raro ver a alguien por aquí a estas horas por eso preguntaba-le respondió con tranquilidad y sin moverse, pero desprendía un poco su poder mágico para darle a entender que no era una simple humana, además ella era más fuerte de lo que aparentaba, pero no quería mostrar su poder, prefería que la gente pensara que era solo una niña indefensa, pero ahora mismo y si decía la verdad Emili no sabía qué hacer ni cómo actuar, nunca se había enfrentado a una situación así, sin contar que el ambiente no ayudaba.

Normalmente las noches eran abiertas, con una luna y estrellas que proporcionaba un ambiente mágico, relajante y con suficiente luz para poder ver, pero esa noche no había ni luna, ni estrellas, como si todas se hubieran escondido por miedo, lo que daba una noche cerrara y oscura, y que hacía que aquel lugar mágico, fuera sacado de sus peores pesadillas, pero no podía dejarse vencer, no sabía quién era ese ser, ni que quería, y era su deber cuidar de todos los seres vivos, aunque eso significara enfrentarse a alguien como él.

Se separo un par de pasos de ella, perdiendo la atencion, su intento de valentia ante la situacion le parecia graciosa, al tiempo que inutil, la valentia ciega solo llevaba al cementerio, pero en cualquier caso era lo suficientemente interesante como para no irse a otro lugar en busca de cabezas y en vez de ello seguir hablando.

-Koth, busco trofeos, ¿Y tu?-

Miraba hacia la oscuridad entre el bambu en busca de algo, o alguien, le gustaba asegurar un perimetro para evitar espias y asesinos, aunque mayormente para evitar la aparicion de entrometidos.

Incluso de espaldas, la armadura rezumaba crueldad y dureza, es el producto de llevar tantos años y tantas muertes a cuestas, incluyendo la suya propia, lo que le recordaba que debia mirar su libro, habia algo importante que merecia su atencion, pero lo dejaria para cuando la zona fuese segura, entonces cogeria el libro de su cintura.

Bueno eso era bueno al menos ya sabia su nombre y no paria tener intención de atacarla, a si que pudo permitirse relajarse un poco y que su miedo desapareciera solo un poco, Emili le miro confiada y sonriendo solo levemente ya que no quería demostrar demasiada efusividad por si acaso.

-Solo paseaba, las noches son tranquilas por que no hay casi nunca nadie, y es bueno para pensar o entrenar-respondió tranquilamente mirando a su alrededor.

Y la joven no mentía, era raro que alguien paseara por las noches por aquellos bosques de bambu, sobretodo por que esa zona era mas transitada por los miembros del arco de la luz y ellos eran los que la conocía a la perfección cada recoveco de aquel insólito lugar, como ella por ejemplo.

-Es un extraño lugar para coleccionar trofeos ¿no?-pregunta dándose por fin cuenta de la respuesta que le habia dado, y ahora mismo se preguntaba ¿que tipo de trofeos podia buscar en un lugar asi y a esas horas?

No parecia haber nada relevante en la zona, nadie espiando ni planeando, solo bambu, por lo que tranquilamente pudo coger su libro, ojeando algo rapidamente mientras pasaba las paginas, mientras prestaba atencion a las palabras de la chica pero no asi a su cuerpo o movimientos, no le suponia una amenaza a la que prestar demasiada atencion, pero unas palabras hicieron que cerrara el libro subitamente, devolviendolo a su lugar junto a su cadera, quizas habia encontrado un digno trofeo.

-Asi que... entrenas, dime tu faccion, niña-

Dijo al tiempo que llevaba la mano derecha a su hacha, la cual se encontraba en su espalda, no era que le importase si era de su propia faccion o no, solo queria saber que trofeo iba a ganar.

-El trofeo que me interesa lo llevas sobre los hombros-

Efectivamente, iba a matarla, de ser posible la desollaria viva para aumentar su sufrimiento, a menos que fuera suficientemente agil mentalmente para convencerlo de que no, suplicar y llorar tambien serviria, pues demostraria que no merecia la pena luchar por la cabeza de alguien tan debil, era hora de demostrar si su poder se encontraba en la lengua o en la espada.

Emili se quedo paralizada ante su respuesta, que quiera decir con que su trofeo se encontraba sobre sus hombros, acaso quería decir que... ¿¡Quería su cabeza!?, esa revelación la puso en alerta máxima, dejando a un lado todo su miedo y llevando su mano a su espada, preparándose por si tenía que atacar.

-No voy a permitir que me mates y mucho menos que te lleves mi cabeza-le respondió con seriedad, pero decidió también responder a su pregunta-soy de la facción del arco de la luz, pero no pienses que por que sea de esa facción soy una debilucha que no sabe luchar-le respondió rápidamente, sabía lo que los de las otras facciones opinaban de su facción y su bien era cierto que ellos odiaban la violencia, no eran débiles, al contrario entrenaban más que nadie tanto la mente como el cuerpo por si tenían que luchar poder defender a los que amaban, como ella.

Esto estaba mal, no podía permitir que la matara y estaba claro que era realmente fuerte, lo más probable era que no tuviera oportunidad con él, aunque era realmente ágil, no podía permitirse una pelea justo ahora, tenía que pensar en algo rápido, quizás pudiera ofrecerle algo a cambio de su cabeza.

-¿Y si te ofrezco algo mejor que mi cabeza?-pregunto rápidamente antes de que hiciera algún movimiento e intentando llamar su atención-es cucha sé que no soy tan fuerte como tú, aun soy débil pero puedo serte de ayuda, si me dejaras acompañarte y aprender contigo-le dijo agachando la cabeza, esperando su respuesta aunque también estaba atenta por si tenía que actuar y pelear, lo cual esperaba que no fuera así.

Estaba activa, preparada para el combate, mejor, asi no seria tan aburrido, tambien le hacia frente, lo cual le indicaba que lucharia con impetu y valentia, hecho que solo mejoraba al llegar el pensamiento de cuanto disfrutaria escuchando sus gritos de dolor y suplica, la gente valiente era la mas placentera de ver derrumbarse, no obstante, sus palabras hicieron que se detuviera antes de su primer ataque, estaba planteando otra posibilidad.

Tras unos momentos de silencio dio una respuesta, aun con el hacha en la mano.

-Vale, pero si me traicionas, te entrometes en mis asuntos o simplemente me defraudas pienso localizar a tus seres queridos y destriparlos lentamente, la ultima seras tu-

Tras esta amenaza hizo un tajo en el aire con direccion al bambu, de este tajo salio una honda de viento cortante que salio despedida contra las plantas, cortando una amplia zona, el objetivo de este movimiento era intimidarla, porque como ella podria notar, no lo habia hecho con magia sino con su simple fuerza.

Tras el pequeño acto de intimidacion, volvio a guardar su hacha en su espalda, no temia a la pequeña por ir desarmado, pues incluso asi sus puños podrian acabar con ella.

-Vas a visitar la gran colonia, si no tienes que recoger nada nos iremos ya-

Emili temblaba, temblaba de miedo, tristeza e impotencia, si bien había conseguido salvar la vida como una cobarde ahora no podría librarse de él por el momento y había puesto en peligro la vida de los que amaba.

-Si, koth-san-le respondió mientras levantaba la cabeza y ante la segunda frase que él dijo asintió-si tengo que recoger mis cosas, el portal no está muy lejos de aquí, volveré en seguida-respondió la chica, incorporándose por completo y empezando a caminar en dirección al portal, por suerte y tal y como dijo el portal estaba cerca y después de poner el código y la palabra secreta entro, para despedirse del que había sido su hogar durante muchos años.

Recogió todas sus cosas, con ayuda de la magia y de objetos mágicos no quedo nada en su habitación, todo quedo completamente vacío como si nadie hubiera estado allí, y ella podía llevarlo todo en una simple mochila que coloco a su espalda, dejo un mensaje a su maestra para que no la buscara, que estaría bien y que estaba en una misión que le tomaría mucho tiempo, sabía que así no la buscaría.

A paso lento volvió por el camino que había recorrido durante mucho tiempo, era tarde por lo que nadie estaba levantando y antes de cruzar el portal miro por última vez el maravilloso lugar, despidiéndose silenciosamente con lagrimas en los ojos antes de darse la vuelva y no volver.

Al cruzar el portal por última vez, su amo estaba allí esperando, la joven no dijo nada solo estaba seria, ahora no encontraba ningún motivo para volver a sonreír ya que no volvería a ver a las personas que amaba, y solo podía maldecir su suerte por haber salido a pasear aquella noche, por haberle hablado a aquel ser y por no haberle dejado que la matara-estoy lista-respondió secamente parándose en frente suya sin una pizca de vida en sus ojos celestes, aunque mentía, no estaba lista para lo que le podía deparar el futuro.

Lo de Koth-san le sorprendio, de hecho, la situacion entera le sorprendia, nunca habia tenido a nadie que le siguiera para aprender, por supuesto, ella no era mas que un objeto para su uso, le daria la utilidad conveniente segun quisiese, pero era mejor objeto si su utilidad en combate aumentaba, si se mantenia debil no podria serle de utilidad, salvo como escudo humano, en cambio, si se hacia fuerte, tendria mas utilidad desde un punto de vista politico, no solo combativo.

Tranquilamente, espero a que fuera por sus cosas, tenia una imagen mental de ella, y su nombre, si escapaba preguntaria a la gente del lugar por ella y sus familiares y conocidos, si no obtenia lo que queria, haria una masacre, seguramente le afectaria que muchas personas muriesen por su culpa, en cualquier caso, el ex-mercenario no se preocupaba por nada.

Tras su vuelta, vio el vacio en sus ojos, podia notar que estaba triste, cosa que repudiaba de todos los otros seres inteligentes, necesitaban esperanza, sueños y metas, no comprendian que la vida terminaba pronto, pese a la inmortalidad, y que todo lo que hicieron en vida no serviria para nada, en la muerte no irian a ningun lugar, no habia ningun dios esperandoles, pero bueno, se lo haria comprender mas tarde, ahora le daria animos.

-Un dia volveras para convertirte en la señora de este lugar, me encargare de ello-

En ningun momento la miro, mas en ningun momento mintio, queria que dominara sobre la faccion, para dominar indirectamente sobre la faccion el, y para que ella consiguiese eso, debia ser fuerte.

Abrio un portal ardiente, conseguido por ser miembro de su faccion, con rumbo a su hogar, alli dominaba el mas fuerte, y podrian tomar control de ella en cualquier momento, bueno, o podrian si Koth no estuviese dispuesto a partir por la mitad a quien osase poner una mano sobre su propiedad, en cualquier caso, no paso, espero a que ella lo hiciese primero, si queria comentarle algo, este era el momento.

Emili miro aquel portal, sin ninguna expresión en su rostro y aunque Koth le había dicho esas palabras, que para muchos eran algo bueno y alentador, para ella supuso mas cadenas ya que no se las creyó del todo, por que aunque fuera cierto, estaba segura de que el lo hacia por su propio beneficio y prefería morir antes de ser una marioneta.

-Jamas seré libre ¿verdad?-dijo mas para si misma que para el, por eso no espero una respuesta solo se adentro en el portal, mientras cerraba los ojos, ahora ya no le quedaba nada,y en su mente mente solo podía pensar en sus amigos y en Hyuk, esperando que algún día la saquen de esta pesadilla.

Ahora solo quedaba aguantar y esperar, a que todo pasara, por que las cosas nunca salen como uno las planea y eso puede llevarte al mayor error de tu vida.