Pudiste Esperarme (Pasado)(Emili Pralus Maslac)

Habían pasado ya un par de días desde la última vez que el monje se comunico con Emili, desde aquella vez en Guang Yu se habían visto con bastante regularidad, pues como en su momento lo dijo el propio Hyuk “todo hombre cumple su palabra” , pero en esta ocasión era un poco complicado que se vieran seguido. Desde hacia mas o menos unas dos semanas que el monje no podía viajar a Wu, tenía un deber también con el Martillo y aunque ahora se dedicaba a meras inspecciones, recientemente un enorme papeleo en Willard le impedía irse, afortunadamente eso tenia solución, uno de los caballeros del Martillo le ofreció un trabajo consciente de la situación que tenia con alguien del Arco de Luz, era muy sencillo, supervisar el entrenamiento de los nuevos reclutas una semana y tendría luego varios días libres.

Así llevaba ya unos seis días en la ciudad, supervisando que todo con los nuevos reclutas estuviese en orden. Su cuerpo aunque bastante entrenado, también se agotaba, y fue tras mantener por tres días seguidos sin dormir que decidió tomar un descanso, aunque sea de unas horas – Que cansancio… - dice pensando en voz alta mientras se apoya encima de una de las barandas del camino – aunque pensándolo bien, falta poco para poder ir a visitarla a Wu – se levanta y continua caminando rumbo a un pequeño bar al pie de una escalera, ahí pidió una jarra de agua con hielo, no era fanático de las bebidas alcohólicas, menos aun en horas de trabajo, pues en cualquier momento lo llamarían para continuar la supervisión.

No pasaron mas de veinte minutos antes que le llegara un mensajero al baro, era una notificación que le daba el resto del día libre, aparentemente a los entrenadores les gusto que pasara esos días seguidos trabajando, y le dieron el resto del día libre. El monje dio un suspiro de alivio, por fin podía descansar un poco, pero igual tenia mucho trabajo, más que nada porque al día siguiente iría directo a Wu y no le llegaría con las manos vacías nuevamente a Emili.

Emili estaba sonriente mientras caminaba por la ciudad de Willard, no era la primera vez que iba a allí pero si la primera vez que iba sola, ya que las otras veces había ido con su maestra, y ahora estaba allí para darle una sorpresa a su novio y darle un nuevo libro sobre espíritus que había conseguido, mientras caminaba felizmente hacia el despacho de Hyuk, según le había informado ahora su trabajo era más papeleo que otra cosa, lo que permitía que pudiera pasar más tiempo con ella, la joven no se percataba de las miradas que recibía de todo el mundo, ella estaba mas concentrada en aquel hermoso lugar de vivos colores, la joven no tardo mucho en llegar y antes de cruzar las puertas, se miro en el reflejo del agua para asegurarse de que estuviera bien.

Emili llevaba un nuevo traje que le habían regalado recientemente, el cual consistía en un vestido ,que le llegaba un poco por debajo de su ropa interior, con una tela fina de color celeste y los bordes en dorado, tenía un pico en el centro de su pecho que se abría y dejaba al descubierto su pecho hasta por  debajo de su ombligo y acababa en una rosa azul, lo único que cubría esa tela eran sus grandes pechos, encima de esta llevaba otra tela más gruesa con los mismos colores y que acababan en picos en los lados y una cola en la parte trasera que le llagaba hasta las rodillas, en su hombro izquierdo llevaba una especie de hombrera metálica del mismo color que el vestido y un guante blanco hasta el codo, un collar, pendientes y una diadema doradas y zafiros, por ultimo unas sandalias  atadas a los tobillos del mismo color que el resto de la ropa .

Cuando se aseguro de que estaba bien sonrió y fue hasta el que le habían dicho que era el despacho de Hyuk pero al llamar nadie contesto.

-Mmm… ¿Habrá salido?-se pregunto para sí mima, llamo varias veces pero nadie contesto-todo este viaje para nada- se dijo deprimida mientras caminaba de vuelta a casa, cuando se percato de un grupo de jóvenes que entrenaban, la chica sonrió al ver como entrenaban duramente y le recordó a su entrenamiento para mejorar su resistencia física y decidió que podría quedarse a ver a si que se acerco a ellos, algunos se giraron a verla y ella les saludo con una sonrisa y un movimiento de cabeza, para luego sentarse en un banco de piedra y observar el entrenamiento.

Spoiler:

El monje había terminado ya de pagar su bebida y se disponía a regresar al recinto de entrenamiento, tenia que acomodar su despacho para poder irse sin causar problemas. Mientras caminaba solamente pensaba en la maga, en que podría llevarle para que se sintiese a gusto, pero no lograba organizar sus ideas en algo concreto. Su marcha por la ciudad le hacia pasar junto a las tiendas, y un elevado donde podía apreciarse con claridad la arquitectura, básicamente un gran logro de la ingeniería. No tardo mucho tiempo en regresar al recinto de entrenamiento, pero cuando llego a la oficina que le encargaron tenia la cerradura abierta, alarmado pregunto que había pasado y obtuvo como respuesta “una chica preguntaba por ti”.

No le había prestado mucha atención al asunto, podría deberse a alguna de las reclutas recién llegadas, o a alguna colega del Martillo, en cuyo caso luego de organizar sus cosas la buscaría, sin embargo que dos reclutas pasaran junto a la oficina hablando de una chica bastante guapa y que parecía extranjera lo dejaron pensativo – Nah, no puede ser ella – dijo para si mismo mientras ordenaba sus cosas y cerraba el despacho. Bajaba las escaleras del edificio y miro hacia una ventana, ahí podía observarse el patio y a los entrenamientos de los demás, tanto miembros regulares como recién ingresados, pero algo capto su atención súbitamente, fue una chica de vestido azul, presto mas atención y en un momento pudo mirarle el rostro – ¡¿Pero que?!

Hyuk bajo rápidamente las escaleras y fue directo a los bancos – Hola Emili – dice mientras se le aproxima desde la espalda, podía notar que su vestido era diferente, no se dio cuenta que tanto hasta que se sento a su lado y se fijo en lo revelador que era. Al monje se le fue la vista a los pechos de la maga por unos segundos, rápidamente recordó lo que había pasado antes y miro hacia el frente – no esperaba que…llegaras…hoy…es una grata sorpresa… - dice el monje aunque algo avergonzado, intentaba no pensar en su vestimenta pero mientras más lo intentaba más le subía la sangre al rostro.

Emili se lo estaba pasando en grande al ver el entrenamiento de los novatos, aunque se extraño de que descansaran tanto porque ya habían hecho varias paradas de las cuales se habían acercado a hablar con ella, aunque no le molesto todos chicos y chicas eran muy agradables y simpáticos aunque no le extrañaba ya que se imaginaba que todos los del martillo de la justicia eran así, ahora Emili miraba los últimos entrenamientos cuando escucho una voz que conocía a la perfección y se giro sonriente.

-Hyuk-dijo feliz mientras se ponía de pie y le abrazaba-si quería sorprenderte e intente ir a tu despacho pero no estabas-dijo haciendo una mueca al recordarlo pero se recompuso rápidamente-por suerte no me marche y me quede viendo el entrenamiento, los nuevos reclutas son muy buenos y también muy simpáticos-dijo la joven soltando al moje y mirando de nuevo a los reclutas, en eso recordó algo y se acerco al banco donde tomo el libro envuelto-toma es para ti, no quería presentarme sin un regalo-añadió sonriente y se lo dio, no era justo que siempre que él iba a verla le trajera un regalo a sí que esta vez ella se adelanto.

Emili escucho como el entrenamiento acababa y miro a los reclutas que se despedían de ella, a lo que ella también se despidió sonriente.

-Emi-chan gracias por los consejos.

-Esperamos verte más seguido.

-De nada chicos e intentare venir pero siempre seréis bien recibidos en el arco de la luz-le dijo agradeciendo a sus cumplidos y cuando se fueron miro a su novio-si no los cuidas me los llevare a mi facción-añadió bromeando y se volvió a sentar en el banco de piedra y miro al cielo, hacia un día fabuloso para pasear y conocer la ciudad que ella aun no había visto pero no quería molestar a su chico, estaba segura de que estaría ocupado a sí que se conformo con verlo aunque solo fuera un poco.

El monje correspondió al abrazo de la maga, aparentemente su incursión era intencional, buscaba directamente sorprender al monje con su visita – Pues…lo conseguiste – había dado una respiración profunda para tranquilizarse, pues su corazón latía bastante rápido, y eso no ayudaba mucho. Cuando la maga soltó el abrazo, él también lo hizo pero se preguntaba hacia donde iba, pero al volver con un libro diciendo que era un regalo para él se calmo completamente – gracias – dice mientras acepta el libro y quita el envoltorio con cuidado, parece que se trata de una guía de espíritus, y aunque no creía que lo que estuviese ahí escrito superase sus entrenamiento, siempre estaba dispuesto a aprender cosas nuevas.

Estaba realmente contento por estar junto a Emili, pero había cierta cosa que le incomodaba bastante, y era el tono tan familiar con que se le dirigían los otros chicos, incluso un par se aproximo hablándole en un tono demasiado familiar – Si tienen tanto tiempo para saludar a los visitantes seguro tienen energías para entrenar – les dice el monje arqueando una ceja, su tono de voz era mas grave y sus dientes habían tomado una ligera apariencia de colmillos – ¡a darle 300 vueltas al patio! – los dos se asustaron al escuchar eso e inmediatamente cumplieron la orden, aun con su día libre, Hyuk seguía siendo el supervisor de los reclutas – no creo que tengan energías para si quiera pensar en ir al Arco de Luz.

El monje se levanto del banco y le extendió la mano a la maga para ayudarle a levantarse – Ahora es mi turno de mostrarte la ciudad, querida – espera que la muchacha se levante y ambos salen caminando del lugar. Había varios lugares que podrían visitar, tanto para comprar cosas como para comer. El simple hecho de caminar junto a Emili por la ciudad le hizo obviar el hecho de su vestido, y concentrarse en pasar un buen rato con ella, pero habían muchas miradas curiosas hacia la pareja, en particular chicos que miraban hacia la maga, chicos que al darse cuenta de que el monje los miraba con cara de pocos amigos seguían su camino – ¿a donde quieres ir primero? ¿a comer o al mercado? – pregunta a la maga con una sonrisa.

Hyuk estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para que la incomodidad que sentía no se exteriorizara, eso era aun mas difícil teniendo en cuenta que sabia hacia donde estaban mirando a la maga gracias a su vestido, pero no quería que su salida con ella se arruinara porque no pudiera controlarse.

Emili rió nerviosamente al ver como Hyuk mandaba a los dos pobres chicos a correr, les dio mucho pena que tuvieran que entrenar mas todavía, ni si quiera sabia por que se comportaba así pero estaba claro que no estaba contento.

-Me gustaría visitar la ciudad antes de ir a comer-dijo mientras caminaba tomada de la mano del monje, la chica cada vez se extrañaba mas de su actitud, y aunque el no se hubiera dado cuenta, sabia que estaba mirando con mala cara a los chicos que pasaban por su lado.

-"No estará celoso ¿o si?"-pensó para si misma mientras le miraba de reojo, aunque pensar que pudiera estar celoso le hizo gracia, ni si quiera pudo evitar reír levemente por que se acordó de lo que Diana le dijo cuando le regalo el vestido.

"- con esto conseguirás hipnotizar a mas de uno Emi-chan, incluso tu querido monje, no podrá apartar la vista de ti jajajaja, puede que incluso se ponga celoso"

Ese recuerdo hizo a la chica sonreír, no se creía que la chica tuviera razón, pero el comportamiento de su novio lo demostraba.

-Fuiste muy duro con esos chicos, solo estaban siendo amables-le dijo la chica refiriéndose a los reclutas, luego miro al chico sonriente-sabes este vestido es nuevo, me lo ha regalado Diana-chan, quería ponérmelo para ti-dijo sonriente y como si nada, sabiendo que dejaría al chico KO, pero mentiría si dijera que no le gustaba verlo asi.

Había obtenido como respuesta de hacer un recorrido por la ciudad, nada del otro mundo, pero las miradas de las demás personas le seguían molestando, aunque como se dijo antes el monje hacia todo lo posible por controlarse – Ellos no deberían descuidar sus entrenamientos Emili – dice intentando disimular lo que paso en ese momento, pero en pocos momentos se entero el porqué la maga llevaba ese atuendo tan revelador, era obra de esa pelirroja, seguramente lo habría hecho para molestarlo – no entiendo como alguien tan poderoso tiene una actitud como esa – dice mientras se da con la palma en la frente – No tenias que ponerte un atuendo especial Emili, para mi eres hermosa sin importar lo que te pongas – con la ultima frase al monje se le subieron los colores al rostro, aunque no de manera muy intensa.

La pareja continuo caminando hasta un mirador, donde podía verse al completo la ciudad – ¿Qué te parece la vista? – dice el monje – Podemos ir a cualquier lugar de la ciudad, solo tienes que decirme y te llevare – Hyuk, tenia una idea desde el mirador, no seria andando o mediante un portal, quería llevarla volando con sus alas, pero primero necesitaba saber a donde deseaba ir la muchacha – ¿y bien?

Emili se sonrojo por lo que dijo Hyuk pero le hizo muy feliz el saber que no era de los que se fijaban en el aspecto, ambos siguieron caminando un poco mas hasta que el joven monje le llevo al mirador, donde podía ver todo el reino, era una vista maravillosa, los bosques, los edificios en piedra y los pájaros sobre volando el cielo, aquella vista tan maravillosa le hizo perderse y desear en voz alta, claro no había oído lo que dijo Hyuk.

-Desearía poder ir a algún lugar, donde podrás ver estas vistas pero que estemos los dos solos-dijo maravillada por ver aquel lugar, aunque le gustaría algún lugar más natural, y que estuvieran ellos dos solos, porque cada vez que salían siempre eran lugares concurridos y nunca podían estar solos, y si no había gente siempre estaban los espíritus que aunque los quería, no podía dejarle estar con su monje tranquila.

Escucho atentamente las palabras de la maga, quería ir a un lugar con una hermosa vista y que estuviesen los dos solos. No era demasiado difícil alejarse de las personas, pero que en verdad estuviesen solos, sin la presencia de los espíritus cercanos era complicado, pero siempre había una solución – A sus ordenes mi señora – coloco su mano derecha en la espalda de la maga, mientras que se agacho y con la izquierda la coloco en la parte interna de sus rodillas, al hacer fuerza termino cargándola en sus brazos – Conozco un lugar como ese – en su espalda podía notarse un pequeño brillo, del cual brotaron un par de alas doradas como el sol al amanecer – sujétate – alza el vuelo alejándose del mirador de la ciudad.

El monje había hecho uso de uno de sus blasones, la maga seguramente también pudiese volar, pero ese pensamiento no paso por su mente y por ello decidió alzarla. Sobrevoló la ciudad por un rato hasta que diviso una parte de las afueras de la ciudad que pocos conocían, era una saliente que daba a los linderos del bosque, pero que de frente podía observarse toda la ciudad, en pocas palabras se trataba de un mirador natural. Comenzó el descenso terminando encima del césped, donde poso con delicadeza a la maga – Espera un momento – dijo el monje antes de sentarse en el suelo con las piernas cruzadas.

Había entrado en una especie de trance, donde era ajeno a todo lo que ocurría, en ese estado hablaba con los espíritus de esa parte del bosque, les pedía que se alejaran pues la maga deseaba estar a solas con él. Pequeñas luces tenues como luciérnagas salían de las hojas y se alejaban, hasta que la ultima pequeña luz hizo lo mismo, fue entonces cuando Hyuk abrió los ojos y miro a la maga con una sonrisa – Listo, ya estamos solos