Entrenando mis habilidades [Privado Jae Hyuk]

Hacía tiempo que yo no entrenaba en serio mis habilidades, tanto mágicas como de espada, asi que me dirigí hacia el Bosque de Sloane, donde yo me había dedicado a buscar hasta encontrar un sitio donde podía entrenar de forma adecuada sin tener que molestar a nadie. Era un claro amplio con varias piedras a distintas alturas que permitía poder controlar los movimientos en las diversas alturas que uno podía llegar a combatir si era necesario, junto con algunos movimientos que serían necesarios hacer con los apoyos de las piedras, tales como tratar de saltar a suficiente altura para atacar mientras hacia el salto y con ello tratar de colocarme detrás del enemigo. Sin embargo, notaba que a falta de un enemigo, solo podía repetir los mismos movimientos una y otra vez, tratando de hacer una imitación de los movimientos que imaginaba que harían los enemigos, y tratar de reaccionar a ellos.

Después de practicar algunos movimientos de espada, me senté en el suelo en posición de meditación, tratando de pensar en formas de emplear mis poderes relacionados con el fuego, y con ello practicar mis capacidades mágicas. No era facil practicarlo, sobre todo porque yo prefería emplear mi espada para asestar los golpes decisivos, y dejar mis ataques con mi magia para tratar de llevar a mi contrincante a la posición mas deseada para asestarlo, pero solo con hacer bolas de fuego dudaba que pudiera conseguir todo lo necesario para hacer que mis estrategias funcionaran. - Debo plantearme buscar a alguien con quien entrenar. - Dije para mi mismo, siendo esa la única conclusión que pude llegar en ese rato, porque me estaba costando idear cuales serian las cosas que debía mejorar, o cuales debía pulir para hacer que todo saliera como yo quisiera en los combates.

El día de hoy se presentaba como bastante calmado, incluso en el bosque donde la densa niebla parecía disiparse, todo estaba tranquilo incluso con el monje presente. Era alguien que gustaba de pasar horas en la naturaleza, era el entorno donde podía escuchar las voces de los espíritus, entes que se mostraban mientras él meditaba. Se encontraba sentado en medio de una roca de color negro, con las piernas cruzadas y las manos sobre las rodillas, a su alrededor podía sentirse el sonido del viento, y raras siluetas aparecían a su lado, formas de animales, formas de plantas, todo estaba en armonía mientras aquel cruzado hablaba con la misma tierra.

Su meditación se prolongo por horas, en ese tiempo pasaron fragmentos de su pasado, una época donde antaño era un simple monje que entrenaba todos los días, una época anterior a conocer la magia, con las bendiciones y maldiciones que eso implicaba. El viaje en su propia mente se vio interrumpido, de repente un cambio en el viento le indico la presencia de otro ascendido, se había puesto en alerta en ese instante pero luego se calmo, era muy poco probable que alguien que no tuviese la magia del martillo pudiese entrar al bosque sin hacer que medio ejercito viniese a enfrentarlo, así que seguramente era algún compañero.

Se levanto de su lugar y avanzo por el bosque rumbo al encuentro con aquella persona, avanzando por la espesura con bastante tranquilidad, no le importaba ser notado, después de todo no necesitaba ocultarse si era algún compañero. Se paro encima de una de las rocas del bosque y visualizo de quien se trataba, una especie de hombre lagarto con escamas rojas, parecía estar meditando también – buenos días – dice el monje mientras de un salto baja de la roja, quedando cerca al hombre lagarto – parece que no soy el único que disfruta de meditar en el bosque

Mientras trataba de pensar de forma clara que debía hacer, una voz pasó a aparecer, de un salto bastante grande, mientras pasaba a saludarme de forma amable. No parecía ser un enemigo, y dudaba que lo fuese porque la puerta no permitía el acceso a los enemigos de manera sencilla, ni tampoco sin haber avisado a los guardias que ya habrian estado yendo a matar al infiltrado. Respire hondo, pasando a levantarme para poder saludarle de forma tranquila y adecuada, aunque quizás el destino me había cedido una ventaja para mi entrenamiento, que se estaba viendo parado sin saber como pasar a mejorar mis capacidades.

- Buenos días. Suelo meditar cuando no se que hacer, como ahora con mi entrenamiento. - Dije, estirando algo las piernas, que se encontraban algo entumecidas por el tiempo que había pasado meditando, ya que quería evitar que se viesen inmóviles en cualquier momento. El hombre que estaba a mi lado parecía tener una buena forma física, y seguramente fuese un compañero de labores de los Martillo de la Justicia, asi que seguramente tendría ciertas capacidades combativas para defenderse entre otros, pero eso seguramente no entrase en lo que debía irle preguntando ahora mismo, sino seguir con las presentaciones.

- Me llamo Samael, encantado. - Dije, pasando a extender la mano para tratar de hacer una presentacion adecuada, aunque también quería llegar a hacer de convencerle de que entrenásemos juntos para mejorar nuestras capacidades, pero primero era conocernos para saber que debíamos mejorar cada uno, entre otras cosas. No era cuestión solo de entrenar sin llegar a saber siquiera quien era cada uno.

Aquel hombre lagarto se levanto y devolvió el saludo efectuado por el monje, aparentemente la razón de su meditación era que no encontraba manera de entrenar, en si era raro, pues los entrenamientos normalmente eran mas efectivos si se tenia algún compañero, en todo caso no presto mucha importancia ese detalle – curioso, deberías practicar tu meditación mas seguido, pues alteraste a los espíritus de la naturaleza con tu presencia, pero tranquilo, es un detalle que se arregla con el tiempo – comenta referente a la falta de armonía del hombre lagarto con el entorno. En si era mas bien un consejo, la meditación se disfrutaba realmente cuando entrabas en comunión con la naturaleza, así podias sentir su abrazo y la tranquilidad de los espíritus que te rodeaban.

El hombre lagarto se presento como Samael extendiendo su mano en señal de saludo – Jae Hyuk, igualmente – contesta el monje devolviéndole el gesto de saludo. No paso mucho tiempo antes que las palabras referentes a los deseos de entrenar de Samael pasaran nuevamente por su mente, quizás la siguiente propuesta le sonase interesante – recuerdo que hace unos momentos decías sobre entrenar – el monje da un salto hacia atrás y se coloca en posición de guardia, su postura lo colocaba de costado, teniendo el lado izquierdo apuntando hacia Samael, mientras estaba semi inclinado hacia atrás teniendo su pierna derecha como apoyo, su mano izquierda se encontraba alzada hasta la altura de su hombro con la palma abierta pero con los dedos unidos, la forma era como la de una lanza apuntando hacia arriba, mientras que su brazo derecho estaba a la altura de su pecho con el puño cerrado – practicar siempre es mas divertido si tienes compañeros – le dijo al lagarto.

La distancia que los separaba no era mayor a tres metros, distancia de ataque de la mayoría de espadas, aunque claro algunas tenían un rango de ataque mas amplio o mas corto. Deseaba también conocer las capacidades del otro, por ello hizo un gesto con su mano izquierda, moviendo el reverso hacia Samael y abanicando los dedos, en un movimiento de atrás hacia adelante, era el típico gesto de “acércate”

No pude evitar levantar una ceja ante el comentario de Jae Hyuk acerca de lo de meditar mas de seguido, y que había alterado los espíritus de la naturaleza con mi presencia. No sabía exáctamente a que se refería, pero no parecía que estuviese molesto con esa parte, asi que decidí dejarlo pasar. Sin embargo, Jae Hyuk pareció leer entre lineas mis palabras sobre el entrenamiento, siendo que quería practicar conmigo para mejorar. Sonreí ante eso, mientras me ponía en guardia sujetando la espada con la mano derecha, mientras que con la mano izquierda la colocaba detrás de la espalda, colocandome de ese modo de lado y por tanto, dejando menos capacidad de ataque o rango de los posibles ataques que fuesen a realizarse.

- Es cierto, en compañía se entrena mucho mejor. - Dije, mientras veía la posición de combate de Jae Hyuk, consistente en una especie de combate sin armas, vérsatil y mortal, muchos podían dar un par de puñetazos, pero los que verdaderamente eran de admirar eran aquellos que podían convertir su propio cuerpo en un arma para destrozar a los enemigos, asi que tenía que vermelas con uno que seguramente fuese capaz de mantenerse físicamente capacitado para todo. Entonces, vi como me indicaba con la mano que iniciase el ataque.

- Espero que no te importe que vaya con todo. - Dije, sonriendo antes de flexionar las piernas y dar un impulso hacia delante, poniendo la espada para una estocada directa hacia el lado derecho de Jae Hyuk. Sin embargo, preparé la mano izquierda en modo de agarre, dispuesto a tratar de agarrar a Jae Hyuk en caso de que esquivase hacia la izquierda y con mi magia, tratar de prenderle fuego de forma directa, aunque esperaba que ese ataque lo lograse esquivar, porque si no lograba esquivar esa estrategia simple, iba a ser un compañero de entrenamiento algo aburrido y chamuscado.

OFF:

Gasto de magia: 1/6

El monje se encontraba a la expectativa de lo que pudiese hacer Samael, y no tardo en darse cuenta de ello. Su compañero le salto encima intentando darle una estocada con una espada, la velocidad de aproximación era bastante buena, podría decirse que era idéntica a la de Hyuk ¿un guerrero quizás? En todo caso el monje en el momento de la aproximación endureció sus brazos y sus piernas, esto revelaba completamente su estilo de combate, pues hasta los codos se podía observar como su piel era negra como el hierro – ¿Por qué debería molestarme que vengas con todo? – le contesta el monje.

La estocada venia por el lado derecho, la forma de la espada podría hacerla bastante móvil, moverse hacia la derecha quizás no fuese buena idea, de modo que la opción seria ir hacia la izquierda. Un salto hacia el costado opuesto por donde venia el ataque, dándose cuenta que el estoque era una finta, que la verdadera acometida era una bola de fuego – interesante – en ese momento el viento del bosque soplo con mas fuerza, era una especie de preludio pues el cuerpo del monje se cubrió con un aura de color verde, mientras encima de su cuerpo aparecía la silueta de un animal. Su cuerpo se transformo, gruesas placas óseas aparecieron en su cuello y parte de su espalda, sus brazos se ensancharon hasta adquirir una apariencia similar a grandes escudos.

La bola de fuego impacto en el cuerpo de Hyuk, pero no como seguramente esperaba Samael, pues de entre las llamas un brazo de gran tamaño de color verdoso emergió lanzando un puñetazo directo a su pecho – Nada mal – dice el monje - pero no has tenido en cuenta que nuestro cuerpo es duro como tortuga – era una alusión a la manifestación de uno de los espíritus de la naturaleza, la tortuga quien poseía una enorme voluntad, y que aumentaba considerablemente la fortaleza de Hyuk, permitiéndole absorber ese ataque sin recibir daños muy grandes. Era la hora de ver que tan bien se desenvolvía su compañero en un encuentro cerrado, no tardaría en darse cuenta que incluso siendo un golpe con la mano limpia sentiría el impacto de una plancha de metal, gracias a la técnica maestra de los monjes, el alma de hierro.

Off:

Mi estrategia funcionó como esperaba, o al menos en cuestión de realización, pero los daños fueron menores de lo que esperaba, siendo que en vez de impactar en el cuerpo de un humano, impactó sobre algo de gran tamaño de color verdoso, que se amenazó directamente sobre mi pecho. Di un paso mas hacia delante, mientras giraba sobre mi mismo, haciendo que el puñetazo directo a mi pecho se transformase en solo un rasguño que dolía como mil demonios en el costado, para después de hacer el giro intentar hacer una estocada rápida directamente al costado, aunque dando un par de pasos hacia atrás para tomar la distancia adecuada. Estaba claro que aquel hombre era un monje, por sus capacidades físicas y su habilidad con sus manos para atacar sin necesidad de armas.

- No creas que eres el único capaz de hacer eso. - Dije, pasando a recubrir mis piernas con el Alma de Hierro, permitiendo asi tener la dureza adecuada para aguantar de forma adecuada impactos en ese area si es que intentaba hacerlos. Sin embargo, tenía el problema de que el monje en esa especie de forma podía conseguir aguantar bastante daño sin muchos problemas, asi que ataques débiles no iban a servir contra él aunque fuese un entrenamiento, pero de momento era tan solo tantear las capacidades que tenía Jae Hyuk, sobre todo porque si me pillaba desprevenido con alguna otra treta, seguramente no podría defenderme de esa manera.

Di otro par de pasos hacia atrás, colocándome de nuevo en la posición anterior, tratando de encarar siempre a Jae Hyuk y evitar dejarle nuevos puntos flacos. Ahora era cuestión de tratar de reaccionar a tiempo para poder esquivar el ataque y contraatacar, aparte de que esa parecía ser una de las mejores opciones que tenía. Era hora de tratar de hacer una batalla de desgaste, siendo posiblemente el primero que recibiese demasiados daños acumulados el que acabase perdiendo, pero de momento era bastante dificil de saber quien de los dos iba a la cabeza en el combate.

OFF::

El puñetazo que avanzo por el aire pero no impacto como quería el monje, los rápidos reflejos  de Samael dieron como resultado que el golpe fuese de refilón en su costado, un movimiento bastante bueno por su parte. Había algo que no tuvo en cuenta el monje, al momento del golpe le lanzaron una estocada nuevamente al cuerpo con un giro. Afortunadamente la estocada no le hizo casi daño, había algo a tener en cuenta y es que su fortaleza estaba todavía aumentada gracias a la postura de la tortuga, y que al ladear el cuerpo este también le dio de costado, una herida bastante superficial.

Samael se alejo del sitio con varios pasos, y uso una técnica que dejo pensativo al monje, sus piernas aparentemente también se habían fortalecido con la misma técnica que usaba él – Duelista ¿eh? Muy interesante – no fue difícil sacar esa conclusión, era bastante rápido, inicialmente pensó que era un guerrero, pero al ver que sus piernas habían endurecido ya era bastante obvio sus capacidades. Esta era la primera vez que se enfrentaba a un duelista realmente, no sería muy fácil de abatir, pues una de las características que ellos poseían era una fortaleza considerable, como dijo inicialmente, sería un enfrentamiento bastante entretenido.

Observo como Samael se alejaba adoptando una postura de guardia bastante similar a la mostrada anteriormente. No había razón real para contenerse, de modo que sus guantes comenzaron a brillar con una luz blanca, dicha luz se extendió también a sus piernas, y al disiparse mostró dos piezas de armadura de color plateado, estas cubrían sus brazos hasta el codo y sus piernas hasta las rodillas, pero podían verse como pasaban pequeños ases de luz alrededor de dichas armas, como si fuese una especie de circuito, haciendo alusión a que podía ser algún componente tecnológico – Hora del show – su cuerpo comenzó a cubrirse de un aura de color rojo, reemplazando la verdosa que tenia anteriormente, y encima de su cuerpo se manifestó la silueta de un ave cubierta en llamas, un ave llamada Fénix.

El aura soltó una presión de aire con un ligero tono brillante, mostrando luego de ello como el cuerpo de Hyuk había cambiado, en la punta de sus dedos podía observarse como salían garras similares a las de un ave, quizás no se notase por su armadura pero sus manos tenían mas semejanza con las patas de dicho animal que con las de una persona, su cuello estaba cubierto por plumones rojos, su piel tenía también ese color aunque algo menos intenso y sus ojos se habían tornado anaranjados  - Veamos si como el fénix resurges de las cenizas – tras completar esas palabras Hyuk se abalanzo sobre Samael.

El movimiento en si fue sencillo usando el pie izquierdo se impulso hacia adelante, para luego estando a la distancia de ataque avanzar con el derecho, esto movió su mano diestra en forma de lanza nuevamente hacia el pecho de Samael, eso no seria un mero golpe pues las garras de su transformación podrían atravesarlo como si de una cuchilla se tratase, no en balde estaban también endurecidas con Alma de Hierro. Tomar esa iniciativa podría ser algo temerario, pero una buena defensa es un buen ataque, o al menos así decía el dicho.

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Mi ataque funcionó, aunque de nuevo esa forma parecía ser que daba una gran cantidad de defensa que resultaba algo mortificante en mi opinión. Sin embargo, Jae Hyuk pareció cambiar de forma, a una especie de pajaro con plumas rojizas similares a la del fenix, y el mismo se proclamó asi antes de lanzarse hacia mi persona, seguramente tratando de impactarme por sorpresa o algo asi, aunque había que destacar que su armadura recien colocada era bastante llamativa, junto con sus transformaciones. Sin embargo, no era cuestión ahora de admirar ese tipo de cosas, sino de ver como contraatacar.

Pasé al ver como intentaba hacer un ataque claro con sus manos a mi pecho, un movimiento lateral con tan solo emplear la pierna que tenía delante como eje del giro, evitando de ese modo el impacto directo, para después adelantar algo mas la pierna para interponerla en el camino de Jae Hyuk, intentando con ello que cayese al suelo. Era una táctica algo tramposa, pero en los combates con otros no iban a tener esa delicadeza de jugar limpio, sino que harian trampas para conseguir ventaja, y esa era una de esas cosas que tendríamos que poner en práctica para saber como contrarrestarlo.

- No siempre se juega limpio en el combate. - Dije, mientras cargaba una bola de fuego en mi mano y se la lanzaba directamente al pecho de Jae Hyuk. Era una bola de fuego rápida, ya que me convenía mantener la velocidad, y cargar una bola de fuego potente tardaba algo mas de tiempo y magia. Quizás deberia tratar de ver alguna manera de conseguir algo mas de fuerza mágica en intervalos rápidos, o al menos entrenar alguna manera para ello. De momento lo único que tenía en mente era que tenía que tratar de mejorar mis capacidades mágicas para adaptar ataques más poderosos en el menor tiempo posible.

OFF:

La acometida de Hyuk fue firme y directa, no era un ataque demasiado complicado, y por tanto tenia maneras bastante simples de contrarrestarse, tal fue el caso del duelista que se hizo a un lado e interpuso su pie para hacerle perder el equilibrio. El monje no se movió de esa trayectoria, no tenía sentido y por ende se “tropezó” pero lo que no tuvo en cuenta Samael era que ese tipo de cosas normalmente no funcionaban con los monjes. Hyuk comenzó a caer de frente, pero gracias a su destreza como artista marcial antepuso sus manos y usándolas como apoyo realizo una pirueta que le permitió terminar parado – Y jugar sucio no siempre resulta – expresa al momento que el color de su aura comienza a cambiar.

El color de rojo pasó a anaranjado, los plumones desaparecieron mostrando un color de piel del mismo color del aura pero intercalado con franjas negras, en el rostro del monje podía observarse como sus dientes cambiaban a afilados colmillos, sus ojos anteriormente rojos ahora eran de tonalidad amarilla. Todo este cambio finalizo de manera mas explosiva cuando el duelista lanzo su bola de fuego, en ese momento la figura de un enorme felino apareció encima de su cuerpo, en sus brazos ahora iluminados por ese color salieron tres enormes garras en cada uno, era la postura del tigre, una criatura tanto veloz como feroz.

Lo siguiente que ocurrió fue un movimiento del monje que lo desplazo hacia un lado de un salto, podía observarse como su velocidad había aumentado bastante, permitiendole así evadir la bola de fuego, y no tardo en lanzarse directamente hacia Samael – veamos que puedes hacer contra un tigre – dijo mientras movía su brazo derecho para dar un zarpazo diagonal descendente, desde la izquierda a la parte inferior derecha. En el ultimo momento de la aproximación Hyuk dio otro paso moviéndose hacia uno costado de Samael, quedando casi de cara a su espalda, y luego no envió un zarpazo sino una ráfaga continua que venían uno tras otro, una cadena que buscaba provocar serios daños en el cuerpo del duelista.

Quizás fuese todo muy exagerado teniendo en cuenta que era un entrenamiento, pero fue el mismo Samael quien quería ir con todo, y Hyuk no era nadie para rechazar su petición. En cualquier caso la pelea estaba resultando algo divertida de observar, quien sabe como terminaría todo.

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Esta vez mi ataque resultó infructuoso, siendo el motivo de que Jae Hyuk había pasado a cambiar de forma de nuevo, esta vez pasando a tomar unos colores amarillos, que le dieron lo que parecía ser una velocidad bastante peligrosa que me dejaba algo en desventaja, ya que supuestamente mi velocidad era uno de mis puntos buenos. Aparte, logró evitar mi bola de fuego bastante bien, mientras se lanzaba hacia mi de forma rápida, tratando de darme un zarpazo en diagonal descendente, tratando de atravesar mi cuerpo con esas garras que se me antojaban bastante peligrosas para mi gusto.

Pasé a dar un paso hacia atrás, tratando así de evitar el ataque, para después poner la espada en medio de los ataques de Jae Hyuk, que estaba mandando varias ráfagas que se me antojaban algo peligrosas, ya que me costaba bastante repelerlas y iba perdiendo terreno poco a poco a la vez que iba acumulando varios arañazos de los que no lograba esquivar del todo, aunque decidí tratar de hacer un movimiento para repelerlo. Cargue algo de magia en mis piernas, gastando algo de más de magia para darle potencia, y di un pisotón, haciendo que saliesen del suelo varias columnas de fuego en línea recta, que teniendo en cuenta la proximidad que tenía Jae Hyuk, seguramente le costase esquivarlo.

- Sencillo, a los animales se les tiende la trampa para cazarlos, aunque a otros es mejor tirar de frente. - Dije, mientras daba un par de pasos mas hacia atrás después de hacer la magia, colocándome de nuevo en guardia y esperando que con ello hubiese logrado conseguir poner en un aprieto a Jae Hyuk, aunque esperaba que no me hubiera pasado con el movimiento, ya que igualmente era un entrenamiento y no era cuestión de que se nos fuese la mano con el combate.

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Aquella intensa ráfaga de cortes con las garras de energía de la postura del tigre impactaban en el cuerpo de Samael, no eran todas pero el ataque por la velocidad que tenía aseguro varios impactos, algunos mas directos que otros pero el daño al final se iba acumulando, dando como resultado una buena cantidad de heridas. Ciertamente no esperaba que eso fuese suficiente para abatir al duelista, pero su comentario referente a una trampa le hizo algo de gracia – Veamos lo que el ingenioso cazador es capaz de hacer – contesta a las palabras de Samael.

El duelista parecía haberse alejado y soltado así un cumulo de fuego que venia directo al cuerpo del monje, este con su característica forma de combatir no escapo, mas bien cruzo sus brazos en forma de X y el aura de su cuerpo cambio. Su pelaje y colmillos desaparecieron, para dar paso así a unas placas óseas y a un tono verdoso en su piel, las garras de energía en sus manos cambiaron a enormes placas similares a escudos, mientras encima de su cuerpo aparecía una figura ya conocida, la imagen espectral de una tortuga. En el momento del impacto ocurrió un estallido que alzo una gran nube de polvo, habían brasas alrededor de la zona y podría propagarse un fuerte incendio, pero la magia que protegía el bosque impedía que se extendiera.

Se fue despejando la humareda y en ella se mostro inamovible el cuerpo del monje, su cuerpo había sufrido daños si, un ataque mágico no era igual a un simple golpe físico, pero su cuerpo había soportado y amortiguado bastante bien, pese a que podía observarse como salía sangre por las quemaduras, Hyuk aun podía continuar luchando – Nada mal pero recuerda esto – avanza directo al cuerpo de Samael con claras intenciones de atacarlo – somos indestructibles – cuando estaba lo bastante cerca lanza da un paso hacia el costado moviéndose hacia la derecha del Duelista, en el transcurso ese movimiento y usando su pierna como apoyo da un giro para proyectar un puñetazo directo a su nuca.

La pelea se estaba poniendo interesante, y eso se le podía notar en el rostro al monje, no siempre se podían poner en práctica las enseñanzas que entregaba la naturaleza, y por ello había que aprovechar cada momento. No le preocupaba mucho que saliesen heridos de forma seria, podía curarse a sí mismo y a su compañero en luego de finalizar el encuentro, así que en pocas palabras se estaba empleando a fondo directamente.

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El ataque que hice acertó de forma directa a mi contrincante, provocandole varios daños, pero no fue suficiente para hacer que se rindiese, aparte de que notaba como mi magia se estaba quedando corta en comparación con los resultados que estaba obteniendo. Tenía que tratar de causar suficientes daños para lograr vencer en este enfrentamiento, aparte de que estaba resultando bastante mas productivo hacer el enfrentamiento que el entrenar en solitario, junto con que poco a poco iba aprendiendo las capacidades de mi contrario, siendo diversas formas en las que podía alcanzar bastante ventaja contra los enemigos, teniendo una forma defensiva, otra de velocidad, y por último una de fuego. Quizás tuviese alguna otra cosa mas, pero tendría que verlo mas adelante el ver como lidiaria con ello.

Lo que tenía de momento por delante era un intento de golpe hacia mi, colocándose a mi derecha para lanzar un puñetazo a mi nuca. Me lancé hacia delante, pasando a usar mis manos para apoyarme en un movimiento parecido al que hizo Jae Hyuk, y aproveché para dejar una runa de fuego explosiva en el suelo ocultandola bajo mis manos. Pasé a terminar esa especie de voltereta y pensé en hacer que Jae Hyuk cayese en el efecto de la runa, aunque para ello tendría que provocarle de alguna manera para evitar que se fijase en la runa, porque si la detectaba podría neutralizarla de alguna manera, y no es que mi magia estuviese para malgastarla demasiado.

- Ven a por mi. - Dije, colocándome de manera que pudiese llegar a defenderme de lo máximo que pudiera, ya que la cantidad de ataques que podía hacer Jae Hyuk era enorme, sobre todo si estaba en su forma del tigre, ya que su velocidad alcanzaba limites insospechados, y dudaba que pudiera rechazar sus golpes de manera normal, aparte de que todavía no había empleado mi as en la manga, pero esperaba no tener que usarlo hasta que fuese totalmente necesario.

OFF:

No se movía nada mal el duelista, esquivo el golpe con bastante fluidez, pero el monje también tenía sus movimientos. Siguió con el movimiento del brazo, con ello hizo un giro que ahora lo ponía de frente hacia Samael, fue ahí cuando se dio cuenta de sus palabras, podría tratarse de que se volvió arrogante, o quizás era una trampa, pero ninguno de los casos mencionados era un impedimento, por su cuerpo se cubrió con un vapor rojo. La temperatura del ambiente había comenzado a aumentar, las placas que cubrían el cuerpo del monje comenzaron a cambiar, ahora eran plumones de color rojo, sus manos ahora eran las garras de un ave, el movimiento se finalizo con la aparición espectral del fénix encima de su cuerpo.

Era la postura del fénix, con ella adopto una posición de guardia algo diferente, su mano derecha se encontraba a la altura de su pecho, la palma apuntaba hacia Samael y la mano izquierda se encontraba con el puño cerrado a la altura de la cintura. No tardo demasiado en avanzar, directo hacia el duelista, hasta estar lo bastante cerca mueve su diestra en un arco horizontal de adentro hacia afuera, las garras del fénix ahora endurecidas con el alma de hierro cortaban como afiladas cuchillas, haciendo evidente que buscaba rajarle el pecho a Samael de un zarpazo. El movimiento podría haber terminado ahí, pero no fue ese el resultado, pues luego proyecto la zurda hacia adelante con los dedos cerrados en forma de lanza, nuevamente su objetivo era herirlo pero ahora no rajarlo sino mas bien atravesarlo.

El monje se mantenía atento a cualquier movimiento del duelista, ya sabia que podía tener alguna cosa planeada, pero la mejor manera de saber que era, es como quien dice activar tu mismo la trampa. Podría salir mal o no, quien sabe, lo cierto es que el monje no dejaría de atacar.

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