Y nos volvimos a ver [Pasado] [Priv. Jae Kyuk]

Esto se desarrolla unos meses atrás del día actual, cuando una maga del agua, salía del dojo después de una visita de cortesía y como una misión que le había dado su maestra para que tratara con los altos mandos, aunque la joven seguía teniendo la misma personalidad desde pequeña, había aprendido a controlarse, ahora era más madura, y solía desprender un aura de bondad y esplendor que hacía que la tomaran en serio, a pesar de su apariencia infantil, y es que aunque aparentaba tener 16 años, en realidad poseía 20 y su edad se hacía presenta en la forma de hablar más que en su cuerpo, aunque debido al entrenamiento que recibía sus curvas se habían pronunciado, su pecho había crecido, y junto a su ropa le daba un aspecto sensual, que a la joven poco le importaba, pero volviendo a la situación actual, la joven miembro del arco de la luz paseaba por las calles de la ciudad, había acabado más pronto de lo previsto y no quería volver al castillo, a si que pensó en pasear un poco y descubrir cómo era la ciudad y los que vivan allí.

Caminando por las calles, dejando ver su personalidad aniñada, veía los artículos con entusiasmo y curiosidad, claro ignorando las miradas de curiosidad, sorpresa, interés, que le proporcionaban los que paseaban por las calles, y mientras caminaba y observaba a su alrededor no pudo evitar pensar en Hyuk, y si ahora podía llamarlo por su primer nombre lo que le hacía muy feliz, pero no había podido verlo en tres años, aunque era cierto que hablaban mucho, por lo menos una vez a la semana, pero no se habían podido ver en persona y eso la molestaba.

-Me pregunto cómo estará-se dijo a si misma mientras miraba al cielo azul, claro sin fijarse por donde iba.

Una visita a Wu, normalmente eso no seria posible para el monje, tantas cosas que le encomendaban en Tart lo dejaban sin tiempo, por esa razón es que en el lapso de tres años no había podido visitar a Emili, probablemente ya su estatura fuese algo mas grande, quizás hasta ni la reconocería pero gracias a los aparatos de comunicación pudo mantener el contacto, aun que fuese solo por audio. Todo eso cambio recientemente cuando por fin pudo distender su tiempo, una tarea de exploración fue tomada por otro cruzado y no tenían mas encargos por un largo rato para él, como es obvio aprovecho esa oportunidad para ir hasta Wu.

Su portal se abrió en la ciudad de Guang Yu, no quería tocar las puertas de la ciudad prohibida solo porque podía e ingresar sin llevarle un debido presente a Emili, tiempo que no la veía y no deseaba llevar las manos vacías. La ciudad era famosa por sus diferentes productos, pero mientras el monje caminaba por las calles con su indumentaria regular, sus guantes, su chaqueta de color blanco y rojo, y sus pantalones de color marron, se dio cuenta de algo, era incapaz de escuchar la voz de los espíritus, incluso los que habitaban las ciudades estaban callados. Era cierto que eran temerosos, pero que no los escuchara era bastante raro, aunque claro esta, con tanto bullicio un tenue susurro podría pasar inadvertido.

Su marcha lo llevo al centro de la ciudad, donde el bazar estaba completamente lleno de personas, era todo bastante estresante si quiera poder moverse. Basicamente desistió de poder seguir intentando avanzar y regreso por donde vino, esta vez termino en una plaza, sentándose luego en uno de sus bancos. Su estomago ya hacia ruidos extraños debido al hambre, pero por esos momentos eso era lo que menos le preocupaba, sino encontrar algo que llevar de recuerdo a la ciudad prohibida.

Emili caminaba tranquilamente esta vez mirando al frente para no chocarse con nada, la joven decidio despues de pasarse un buen rato paseando, ir al parque para descansar un poco y disfrutar de la naturaleza, llego al parque y empezo a buscar un sitio para sentarse, y como si los mismos dioses le estuvieran haciendo un favor, al girar la cabeza vio a Hyuk sentando en uno de los bancos con expresión triste, por un momento Emili penso en ir corriendo hasta el pero luego penso en algo mejor y que quizas haría sonreir al monje, la verdad es que no sabia por que estaba asi pero de eso ya se encargaría despues de preguntarle

Acercándose sigilosamente y dando la vuelta se coloco detrás de Hyuk y le tapo los ojos con las manos.

-¿Quien soy?-pregunto divertida, aunque luego le destapo los ojos y dio la vuelta para quedar enfrente de el-hola hyuk, cuanto tiempo ¿a que viene esa cara tan triste?-dijo sonriendo como siempre pero de una manera mucho mas tranquila que cuando eramas joven y claro dandole tambien un beso en la mejilla al apuesto joven.

Había pasado un buen tiempo sentado ahí, absorto en sus propios pensamientos, no se había percatado de la presencia mágica que estaba cerca suya, no al menos hasta el momento que su visión fue tapada, sus sentidos se pusieron en alerta en ese instante, incluso un vapor anaranjado comenzó a brotar de su cuerpo, ese momento de descuido podría haberle costado la vida. Sin embargo todo se calmo, incluso su aura desapareció cuando escucho una voz femenina, se le hacia bastante conocido ese tono, no tardo en recordarlo justo cuando quito sus manos del rostro, se trataba de Emili quien antes que Hyuk pudiese decir algo esta se paro en frente de suya y le dio un beso en la mejilla.

El monje se había quedado unos momentos sin decir nada, era por la impresión de ver TAN diferente a Emili mas que por el hecho de que le diese un beso – “se a donde estas mirando” – resonó en su mente la voz del tigre, el espíritu que se manifestó en el momento. Se dio una ligera bofetada en la cabeza para hacerse reaccionar, recuperando el sentido, cierto era que Emili poseía un físico mas llamativo pero seguía siendo la misma de siempre, no había motivo para alterarse tanto – si, han pasado ya tres años – dice mientras le sonríe un poco – nuevamente has cambiado bastante – se levanta del banco dando unos pasos para estar a su lado – iba a ir a visitarte a la ciudad prohibida pero ya que estas aquí ¿por que no disfrutamos un poco de la ciudad? – le hace una pequeña seña para caminar un poco por el basar – he de admitir que no conozco Wu como debería ¿me enseñas la ciudad?

Esperaba poder pasar un día tranquilo con su hermana menor, pero había que admitir que ya no parecía mas una niña, y aunque el no fuese consciente de ello la forma en que el monje la veía estaba empezando a cambiar, cosa que los espíritus en su interior si notaron, sobre todo el tigre, pero prefirieron dejar que la situación avanzara.

Emili ríe divertida al parecer le estaban molestando sus espíritus ya que se tubo que golpear, siempre lo hacia cuando decían algo indebido o que le molestara lo cual era muy a menudo y podía jurar cual de sus espíritus se lo había dicho.

-No he cambiado tanto, Hyuk-le respondió mientras se apartaba un poco cuando el se levanto-y claro que me encantaría enseñarte la ciudad, aunque yo tampoco la conozco demasiado-respondió mientras empezaban a caminar ya saliendo del parque, Emili pensó que podía entretenerse un rato mas, aun quedaba mucho para el anochecer ya que recién el sol estaba en el punto mas alto del cielo, la joven maga pensó que quizás podrían ir a algún lado a comer ya que le estaba empezando a dar hambre, quizás podrían encontrar un buen lugar mientras caminaban-

-¿En serio que me ibas a visitar?-pregunto mientras paseaban tranquilamente por las calles-vaya eso no me lo esperaba, me hace muy feliz Hyuk, y ademas yo también pensaba en ir a visitarte, aunque Jane me esta poniendo mas trabajo de lo habitual y me tiene ocupada, pero por cierto ¿por que estabas tan triste antes?-dijo Emili felizmente aunque la pregunta del final la hizo un poco preocupada,y de vez en cuando Emili se fijaban en la gente que los observaban curiosos, sobretodo chicos, y ella les sonreía' como siempre hacia y saludaba con la mano-¿por cierto...que te ha dicho tigre-pregunto mirándole y antes de que intentara negarlo añadió-te conozco Hyuk, se que cuando alguno de tus espíritus dice algo que te molesta o les mandas a callar o te golpeas y solo te golpeas cuando tigre dice algo molesto, lo que me recuerda ¿como están todos?

La pareja caminaba bastante tranquila por las calles, pues Emili había aceptado llevar de paseo al monje. El recorrido era bastante normal si se quiere, no hacia mucho calor pese a estar casi en medio día, era fácil saberlo por las sombras del suelo y por la posición que tenia el sol, no hacia falta algún tipo de reloj. Aparentemente estaban siendo observados constantemente, quizás había muchos curiosos aunque a Emili no parecía importarle, los saludaba con una sonrisa. Había cambiado en mas de un sentido, pues el monje ya no sentía ese aire constante e infantil que emitía, su presencia se podía decir que era mas cálida que antes.

Nuevamente una ronda de preguntas, aunque eran algo que podía contestar con tranquilidad, incluso solto alguna pequeña risa – Pues si, planeaba visitarte aunque desde hace mucho, pero es un poco agobiante las labores del Martillo, no siempre la gente se comporta e incurre en crímenes como robos o similares, mis jefes no tienen ningún tipo de tolerancia con esa gente y me ha tocado mas de una vez socavar esos brotes de criminalidad – era por decirlo de manera suave, que había sido cazador de los criminales, en varias ocasiones sus condenas se limitaban a ciertas estadías en la prisión, pero cuando habían casos de asesinato era la pena de muerte, ese tipo de crímenes eran los que a nivel personal detestaba el monje, pues no hay derecho en quitarle la vida a otra persona, solo por el gusto de hacerlo – y ¿sobre si estaba triste? Pues la verdad es que era por dos cosas, la primera es que no encontraba alguna tienda para llevarte un obsequio, luego de tanto tiempo sin verte me parecía feo llegar con las manos vacias y lo otro pues… me preocupa el hecho de no poder oír a los espíritus en esta ciudad, quizás sea por tanta afluencia de gente y en la noche recuperen su voz pero me resulta un poco incomodo.

Hyuk era alguien que pasaba mas tiempo en la naturaleza que rodeado de edificios, por ello disfrutaba mucho de poder hablar con los diferentes espíritus, sin embargo en las ciudades no siempre eso es posible. Continuaba su marcha hasta que escucho la ultima pregunta de Emili, recordó en ese instante cuando la vio en la plaza y su cara se puso algo roja, sacudió rápidamente su cabeza para sacarse esa imagen mental, como era posible que se fijara justamente en eso, si pues, era notorio pero no era razón para quedar con la cabeza en blanco - Pues no mucho en realidad – dice mientras gira su rostro hacia adelante, mas que para fijarse en el frente, era para que sus ojos no se desviaran nuevamente – pero no te preocupes por ellos, están bastante bien – nuevamente las voces de los que moraban en su alma se hicieron notar – “ella no te iba a pegar por decirle que miraste sus pechos” – la poca falta de tacto del tigre era bastante evidente y el rubor del monje se hacia mas notorio al oírlo – “al menos cúbrete con la capucha, así no parecerás un tomate a medio madurar” – El monje en ese momento se dio cuenta que la temperatura de su rostro era mas grande de lo normal, así que tenia razón el espíritu.

Hyuk tomo la capucha de su chaqueta y se cubrió la cabeza con ella – disculpa es que me incomodo algo el sol – dice para intentar disimular la razón de ese acto, básicamente sentía bastante vergüenza por haber reaccionado así, no era propio de un monje y menos sobre una chica que básicamente crió. Algo raro le pasaba en la cabeza y no podía saber a ciencia cierta que.

Emili no pudo evitar ladear la cabeza por su extraño comportamiento, ya que Hyuk se estaba comportando más extraño por lo normal y le estaba empezando a preocupar, quizás el echo de que los espíritus no se manifestaran tanto le alterara, y ese racionamiento la hizo preocupar aun mas a la joven maga.

-Si no soportabas el sol debiste habérmelo dicho-le respondió seriamente y se puso delante de él para que detuviera su andar, cuando ambos pararon, la joven tomo la cara del monje con sus manos y acerco su rostro al de ella, para luego posar su frente con la de él y cerrar los ojos, podía sentir su temperatura más elevada de lo normal, aunque no parecía ser síntoma de alguna gripe.

-Tengo que quitarte ese calor del cuerpo-susurro mas para si misma que para él, aunque estaba segura de que él había podido escucharla.

Luego de decir eso, le soltó el rostro y sonrió dulcemente como solo ella sabia y le tomo de la mano.

-Vamos, se dé un sitio donde estarás mejor enseguida-afirmo mientras empezaba a caminar más rápido y arrastrando al pobre chico para que no pudiera negarse a su petición, por suerte ese camino lo conocía bastante bien a sí que tomaron unos atajos y pudieron llegar a su destino, las afueras de la ciudad de Wu.

A las fueras de aquel bullicioso lugar y cerca del camino para ir al arco de luz, había un frondoso bosque donde estaba segura que habitarían los espíritus para así poder librarse del bullicio de la ciudad, además que los arboles eran tan espesos que solo dejaba pasar algunos rayos de sol. Los dos jóvenes caminaron un poco mas entre los espesos arboles hasta que llegaron al lugar donde se refería la chica, un enorme claro con un rio de aguas cristalinas.

-Y bien ¿Qué te parece?-pregunto la joven soltando la mano de su “hermano” y mirándole sonriente.

Intentaba recuperar la compostura, respirando profundo y exhalando, el aire entraba a su cuerpo y salía mediante una técnica de respiración que bajaba su presión sanguínea, también relajaba sus músculos. Poco a poco se iba calmando, incluso pudo prestarle la debida atención a las palabras de Emili – Solo tengo que acostumbrarme así que no te preocu… - todo lo que había hecho anteriormente se fue por el garete, pues nuevamente se le subieron los colores al rostro, la razón era sencilla, la chica le había tomado de la cabeza y puesto ambas frentes en contacto, como es obvio nuevamente parecía un tomate a medio madurar y su temperatura había vuelto a subir.

Su mente se había quedado en blanco en esos momentos, era como una computadora que había sufrido un error de sintaxis, por ello fue incapaz de escuchar la siguiente frase Emili u oponer resistencia cuando esta le tomo de la mano y tiro de su cuerpo. En su mente estas cosas no pasaban desapercibidas para los cuatros espíritus, quienes sobre todo el Tigre encontraban entretenido lo que estaba pasando – “¿Crees que sea capaz de decírselo directamente?” – dice el tigre a los demás espíritus – “No creo, seria complicado que se sincere llegado el momento sin algo de ayuda, ya sea nuestra o de la chica” – contesta el fénix al comentario del tigre, los otros espíritus asienten mostrando que estaban de acuerdo, esa conversación sin embargo no estaba al alcance del conocimiento de Hyuk.

No supo realmente por donde iban pues tampoco tenia tiempo de pensar bien las cosas, pero su mente se comenzó a aclarar en el momento que dejo de escuchar el sonido de la ciudad, se dio cuenta que ahora estaban en un claro, en un bosque, alejados de tanta gente y sus maquinas, rodeados de la naturaleza. Aunque los sonidos eran bajos, podía oír las voces de los espíritus en el ambiente, esto lo tranquilizo hasta el punto que su rostro recupero por completo los colores normales – me parece fenomenal, ahora me siento mucho mejor – le contesta con una pequeña sonrisa – gracias Emili – observa el lago detenidamente y recordó que ella tenia dotes para la magia de agua – ¿podrías enseñarme tu magia? Quisiera ver como progresaste en tu control del agua.

Emili sonrió aun mas cuando escucho su petición, siempre estaba dispuesta a enseñarle todo lo que había aprendido a si que si mas se puso a caminar hacia el rió.

-Veras el mayor y maravilloso espectáculo de agua de todo el reino-le dijo decidida mientras se quitaba los zapatos y calcetines y los dejaba a un lado para después caminar sobre el agua con delicadeza.

-Pero...me gustaría poder hablar con alguno de tus espíritus después, quiero preguntarles algo-le pidió cuando le miro fijamente a los ojos y antes de que respondiera empezó.

Empezó con movimientos sencillos danzado sobre el agua como si fuera un espectáculo de ballet, luego sus manos empezaron a manipular el agua de su alrededor moviendo la al rededor de ella, danzando junto a la chica, como si fuera un espectáculo de gimnasia rítmica, la verdad es que era algo admirable, el agua y la maga se movían en perfecta sincronía,pareciera como si el agua fuera parte del cuerpo de la joven que parecía un ser de otro mundo por la maravilla de sus movimientos.

Cuando acabo de bailar, el agua cayo con delicadeza al río y la joven abrió los ojos, ni si quiera sabia cuando los había cerrado, miro directamente al chico y un sonrojo se poso en sus mejillas, era la primera vez que le enseñaba su danza del agua a alguien que no fuera su maestra.

-¿Que te parece? Se que no es un ataque pero creo que así se refleja mejor alguna de mis habilidades para el agua, aunque no todas-le respondió avergonzada mientras salia del agua y volvía a calzarse.

Spoiler:

Emili se había quitado el calzado y entrado al rio, ya de por si era bastante impresionante que pudiese caminar sobre el agua pero el que bailara de aquella manera era increíble, tal proeza era algo fuera de lo normal, pues durante mucho tiempo conoció a muchos usuarios del agua, pero a ninguno que se concentrara mas en el control que en la mera fuerza destructiva. Quizás ella no fuese consciente de algo mas, los espíritus del rio no estaban huyendo de ella, sino mas bien balando junto a ella, esos seres eran muy sensibles a las emociones de las demás criaturas, y algo en Emili les inspiraba tranquilidad en lugar de miedo, para alguien que hasta donde llegaba el conocimiento del monje no recibió entrenamiento espiritual era toda una hazaña.

Era consciente de su petición anterior, el que ella quisiera hablar con alguno de los espíritus, estaba pensativo sobre cual permitirle, pero lo que si estaba claro era que dejar hablar al Tigre estaba fuera de discusión, su falta de tacto podría meterlo en un problema. Cerro los ojos un momento para poder hablar con ellos sin perturbar la danza de Emili – “¿algún voluntario?” – pregunta el monje directamente a los entes, su voz era mental, de modo que no podía ser escuchada por nadie mas que los espíritus que moraban en su cuerpo – “Permitamos que el oso hable” – dice la tortuga, a lo que tanto el tigre como el fénix aceptaron – “esta bien le hablare yo” – contesta el oso aceptando la petición de los demás espíritus.

El monje había abierto los ojos para terminar de observar aquella danza en el agua – He de admitir que nunca había visto algo igual, gracias por mostrarme tu baile – le dice con una sonrisa – y quizás esto ya te lo dijera tu maestra, la magia no siempre es un arma, y no todo en ella son formas de ataque, nada demuestra mas tu control que cosas como las que acabas de hacer – al terminar aquella frase el monje se acerca un poco al rio y se sienta con las piernas cruzadas, posando las manos sobre sus rodillas – bueno, creo que hay alguien que desea hablarte – en esos momentos Hyuk comenzó a canalizar el espíritu del oso, su cuerpo se transformaba adquiriendo un pelaje azulado, sus brazos adquirían una forma similar a las zarpas de aquel animal – Hola pequeña, tiempo que no te veía – dice el espíritu que se manifestó al lado del monje como un oso azulado de unos seis metros.

El proceso para dejar hablar a un espíritu era bastante sencillo, pues este hablaba a través del cuerpo del monje, y aunque su cuerpo se había transformado, no era capaz de moverse, en cambio el aura con la forma animal si podía, pero seguía siendo incorpóreo.

Emili se sonrojo aun mas cuando Hyuk la alago, y cuando vio que se prepara para mostrar a uno de sus espíritus se acerco a el y se sentó a su lado, solo para ver como aparecía el oso, lo cual le hizo sonreír con ternura y no dudo en abrazarlo.

-Te eche de menos, osito-dijo de forma cariñosa a aquel espíritu, ya que la primera vez que lo vio era una niña pequeña y lo primero que dijo fue que era un gran osito de peluche y aun le llamaba así.

-Ya me imaginaba que seria tu el que aparecería, Hyuk nunca deja que tigre salga-susurra sonriendo un poco y se alejo de el para mirarle sin dejar de sonreír-¿todo bien? espero que los demás no causen problemas-pregunto amablemente, mientras se acomodaba a su lado.

La joven quería seguir hablando con aquel espíritu, con el y con todos los demás en "persona" pero no podía permitir que Hyuk gastara toda su energía, a si que tenia que ir directo al grano, si quería conseguir respuestas.

-Dime ¿pasa algo malo con Hyuk?-pregunta seria, dándole a entender que no iba a permitir que cambiara de tema o se escapara-esta muy raro desde que nos hemos vistos, sin contar que los comentarios que tigre le hace, que a saber cuales son, le ponen peor, ¿he echo algo mal?-añadió y cuando formulo aquella pregunta su voz sonó preocupada y triste, le entristecía mucho que estuviera enfadado o molesto con ella, podía soportarlo de cualquiera, incluso de su maestra,que había sido como una madre para ella, pero de él no, de todos menos de él.

El oso arqueo una ceja referente al diminutivo que usaron para dirigirse hacia él, ya estaba acostumbrado a tratos así por parte de Emili pero le resultaba curioso que aun después de tanto siguiera llamándole así. Como un acuerdo entre Hyuk y los espíritus, solo el oso podía escuchar la conversación, dicho de otro modo, el monje no sabia nada de lo que estaban hablando, ni si quiera los demás espíritus, aunque pareciese extraño era una manera de demostrar respeto, si era el oso quien buscaba hablar con Emili los demás no tenían porque saber que decían.

Había surgido un comentario referente a que no dejaban salir al Tigre, cosa que sin dudas hizo soltar una risa algo ronca al espíritu azulado – No siempre es así, solo que en ese momento digamos que se le paso un poco la mano – comenta el ente mientras camina alrededor de la pareja para terminar sentado al lado de Emili, la forma en que estaban distribuidos era el monje por un lado, el espíritu por otro y la chica en el centro – Y no te preocupes, no dan problemas en lo mas mínimo, solo que como en toda familia tenemos nuestros desacuerdos de vez en cuando – dice el oso mientras apoyaba su cabeza en el suelo.

Pero dime pequeña ¿de qué querías hablar? – pregunta el oso, aunque no tardo casi nada en obtener la respuesta, era referente a la reacción del monje referente a los comentarios del Tigre – No te preocupes pequeña, no le pasa nada al monje, al menos no físicamente – dice mientras cierra los ojos – pero es algo que si le afecta tanto mental como emocionalmente – se levanta ahora caminando sobre el agua, era un ente incorpóreo así que cosas como la gravedad no le afectaban – como bien sabes eres un tesoro para Hyuk, parte de su familia, pero de un tiempo para acá la forma en que pensaba en ti iba cambiando, alejándose cada vez mas del afecto que siente un hermano por su hermana, y mas cercano al que siente un hombre hacia otra mujer aunque Hyuk no es de momento consciente de eso – regresa nuevamente hacia las proximidades de la pareja – su reciente comportamiento se debía a que lo impresionaste con tu actual físico, digamos que lo agarraste por sorpresa, y sumando la forma en que ahora siente afecto hacia ti, le puso la mente en blanco más de una vez, cosa que el Tigre por su falta de tacto al hablar causo reacciones como que se le subiera la sangre al rostro de vergüenza.

La esencia del oso comenzaba a regresar al cuerpo del monje – Bueno, el tiempo se me termina, cuando quieras hablar conmigo nuevamente solo dile a Hyuk – aquella aura azulada desapareció completamente, y poco a poco el cuerpo del monje regresaba a su forma normal, hasta que abrió los ojos, ahora era el propio Hyuk quien estaba ahí – Siempre termino sintiéndome raro cada que hago eso, supongo que debo entrenar mas rigurosamente – dice mientras se truena el cuello para asegurarse que todo este en su sitio – Y bueno Emili ¿qué hablaste con el oso? – pregunta a la chica junto a él, completamente ignorante de lo que había dicho el espíritu.

Emili sabía que de todos los espíritus de Hyuk, los más directos eran el tigre y el oso, que los más tranquilos eran el oso y la tortuga, y que los que no solían gastar bromas eran fénix y oso, por eso con quien más le gustaba hablar de todo tipo de problemas era con el espíritu que ahora le hablaba de forma directa y clara y caminaba por el agua como ella había hecho hacia solo unos momentos, y aunque sabía que Hyuk no estaba escuchando, al escuchar lo que le ocurría por parte de su amigo el oso, la hizo sonrojar como un tomate y sin saber cómo reaccionar, solo pudo escuchar la despedida del espíritu y ella susurro un “gracias” mientras seguía mirando al suelo intentando procesar la información.

-“Ya no me ve como una hermana, espera eso que quiere decir….no querrá decir que él esta….¡enamorado de mi!”-sus pensamientos le taladraban la cabeza y ante esta revelación sintió su cabeza arder, aun mas cuando escucho la voz de Hyuk y le pregunto de que habían hablado.

-De….de nada importante-le respondió intentando no parecer nerviosa pero sin mirarle, no sabía cómo actuar delante de él en esos momentos, si bien era cierto que Hyuk era más que su salvador, para ella él había sido su primer amor, pero dado la actitud del chico decidió desistir y que solo la tratara como un hermana y ahora cuando creía que lo había olvidado ocurre esto, definitivamente el destino le causaba malas pasadas.

-“Pero espera, osito dijo que estaba desarrollando sentimientos, pero no puede asegurarse de que sea amor ¿verdad? Tal vez solo me vea como una amiga, además el no se da cuenta, si…seguro que es eso…no puede ser amor cierto”-volvió a pensar mientras se relajaba y ahora la tristeza invadía su mente y cuerpo, si era imposible que el gran Hyuk sintiera algo por ella, simplemente imposible, pero aun así, ahora que la dejaba de ver como una hermanita pequeña quizás podría hablarle como a cualquier chico y preguntarle.

Emili volteo a verla seria mente y se acerco a el gateando para después sentarse en las rodillas de Hyuk igual que cuando era pequeña y tenia algo importarte que decirle, solo así le prestaba atención y podía mirarle mejor, aunque claro ahora no hacia falta, pero quiso sentarse encima de el

-Oye Hyuk… ¿te parezco hermosa y sexy?-pregunto directamente y sin dejar de mirarle-pero no me respondas como si fuera tu hermanita, sino como una mujer ¿te lo parezco?-añadio ya que no quería que respondiera como su hermano mayor, pero para que no se alterara decidió arreglar las cosas-distintos chicos me han pedido salir varias veces, pero yo siempre los rechazaba porque pensaba que no era hermosa, aunque mis amigas dicen que si….tu siempre me has dicho la verdad a sí que quiero saberlo ¿crees que pueda encontrar a algún chico?-pregunto esta vez sin dejar a un lado su seriedad y su forma de ser directa.

El monje noto algo muy raro en el comportamiento de Emili, se había puesta roja como un globo cuando pregunto, el monje arqueo una ceja ante esa actitud de la chica – “¿se podría saber que le dijiste?” – pregunta al oso pero no obtiene respuesta, definitivamente algo le había dicho, no era normal que Emili se pusiera así – Si no es nada importante porque te…. – el monje se quedo inmóvil como una estatua en el momento que la chica se sentó en sus piernas, lo hacían regularmente años atrás sin ningún problema, pero justo ahora nuevamente se le subió la sangre al rostro sin entender porque – ¿te sientes…bien..? – pregunta el monje en un tono entre cortado, anteriormente cuando ella hacia eso era porque algo le preocupaba y quería decirlo con bastante claridad, eso nuevamente puso nervioso al monje.

El estado actual era digamos por lo poco estupefacto, no movía ni un musculo, cosa que termino por noquearlo cuando escucho su primera pregunta – ¿Eh?.. – ¿por que le estaba preguntando sobre si le parecía hermosa y sexy? Algo raro estaba pasando, y lo era todavía mas cuando escucho la ultima pregunta de Emili – “¡¿En serio que rayos dijeron?!” – pregunta de manera algo mas autoritaria a los espíritus – “pues simplemente me pregunto porque te comportabas así y le respondí con la verdad” – eso era ya algo que lo había tomado completamente con la guardia baja – “Acéptalo Hyuk, el amor que sientes por ella no es como el de una hermana menor, sino como el de otra mujer” – dice el fénix – “¡Saben ustedes que eso no es posible!” – exclama el monje – “¿Si no es posible porque te pones así cuando estas junto a ella? Incluso cuando se sento en tus piernas, algo que tan inocentemente hacían cuando era mas pequeña y que nunca te ha importado” – responde la tortuga – “Nosotros somos mas sensibles a los sentimientos y emociones, nos dimos cuenta de cómo la veías desde hace bastante” – contesta el oso – “vamos que es normal, en algún momento pasaría” – dice el Tigre.

La mente del monje se había vuelto un revoltijo de voces, tanto la propia como la de los espíritus, físicamente no habían pasado ni tres minutos, pero parecían horas en su cabeza. Hyuk estaba por lo poco agobiado, no sabia realmente que contestarle a Emili y los espíritus no ayudaban tampoco, de modo que impulsivamente la bajo de la posición donde ella se había sentado, aunque con suavidad para no lastimarla, y se coloco frente a ella tomándola de ambos lados de la cabeza, dándole luego un beso en los labios de manera sostenida. Hyuk volvió en si rápidamente – eh….disculpa…no pensé bien lo que hacia…pero…te parece bien…la…respuesta?... – esperaba no haberla cagado con su actuación, posiblemente recibiría un golpe por ello, aunque no podía quejarse, se lo merecía por haberla besado así sin su consentimiento.

Emili no sabía qué hacer en esos momentos, no sabía si golpearle, gritar, llorar o abalanzarse sobre él, toda la conversación que había tenido con el espíritu del oso rondaba en su cabeza una y otra vez como si el mismo espíritu estuviera dentro de ella.

-No-dijo mirando al suelo, contestando a lo que había dicho y hecho anteriormente-no responde a mi pregunta, es más me confunde aun mas...-empezó a decir y le miro con la cara sonrojada cual tomate-te pregunte que si puedo gustarle a los chicos, y ahora tu vas a mi besas, y luego te disculpas ¿¡a que ha venido eso!?-pregunto casi gritando sin entender que pasaba, su cabeza era un caos y el chico que estaba enfrente de ella no le ayudaba en absoluto, es mas solo la confundía aun mas.

Poco a poco el tiempo pasaba, no sabía qué hubiera pasado tan rápido y que el sol de la tarde bajaba tranquilamente, aunque aun quedaran horas para que anocheciera, la luz del atardecer se colaba por los arboles dándole al lugar una aspecto hermoso, mágico y ¿romántico? Aunque para la situación en la que se encontraban los dos jóvenes, el ambiente romántico no era lo más adecuado para ellos, si no querían que sus cabezas estallaran.

-No sigas jugando conmigo-susurra mientras mira al suelo, no quiere que la escuche pero no puede guardarse esas palabras dentro de ella, su pelo le tapaba los ojos, no quería que viera sus ojos celestes aguados por las lagrimas, estaba triste y furiosa, alegre y emocionada, eran tantos los sentimientos dentro de ella que no sabía cómo reaccionar, lo único que quería era salir corriendo y llorar, porque parecía que su sueño se estaba cumpliendo, pero también que se estaban riendo de ella y eso dolía mucho.

Era comprensible la reacción de la chica, parecía estar molesta, lo cierto era que no había meditado la forma de reaccionar, eso había producido la situación actual – No me salían las palabras y fue lo único que pensé… - dijo en un tono entrecortado – Me disculpo porque tome una decisión arbitraria, sin consultarte, fue mi reacción al pensar que habían otro chicos detrás de ti – se aparta un poco para darle mas espacio. Realmente no sabia como decirlo, y no quería agobiarla a ella tampoco, pero cuando dijo que dejara de jugar con ella no pudo evitarlo y se le aproximo rápidamente para darle un abrazo – como puedes si quiera pensar que estoy jugando contigo – dice el monje, al que ahora se le podía notar como sus ojos acumulaban agua, aunque no podía ser apreciado por la muchacha pues tenían ambos costados de la cabeza juntos y no de frente.

El cruzado no encontraba bien que palabras decir, tantas cosas que o podrían arreglar la situación o empeorarla – “Solo se franco con ella” – la voz del fénix sonó en su cabeza, eso lo termino de tranquilizar, y le permitió organizar mejor sus ideas – Preguntas si eres hermosa y sexy, y si puedes gustarle a otros chicos, mi a ambas respuesta es sí – dice mientras la continua abrazando – esas respuestas no te las doy como si fueses mi hermana – aleja un poco su cabeza para ahora apoyar su frente junto a la de ella – Pues quien tiene mi corazón eres tu – alza un poco la cara y le da un beso en la frente – y perdona por no decírtelo apropiadamente, incluso yo no sabia lo que sentía hasta que ellos me hicieron reconocerlo – continua su abrazo un rato y se aleja un poco para darle aire.

Realmente no sabia como reaccionaria ella, pero intento ser lo mas sincero posible, decir las cosas claras, pero no sabia si el sentimiento era mutuo. Si era necesario podría hacer como que eso no hubiese pasado, estaba dispuesto a hacerlo con tal de no ver llorar a Emili, sobre todo si el propio Hyuk era el culpable.

Emili le miraba sorprendida, casi en estado de shock, no podia creer que estaba escuchando tan maravillosas palabras, ni si quiera pudo evitar que las lagrimas salieran de sus ojos y a pesar de que estaba llorando, sus labios mostraban una sonrisa, no dijo nada solo se le avalanzo y le abrazo con fuerza quedando ella encima de el.

-Tu tambien, Hyuk, eres el dueño de mi corazon desde hace mucho tiempo, llevo enamorada de ti desde hace mucho-dijo muy feliz y le miro sonriente aunque no paraba de llorar, se alejo de el aunque seguia encima suya y se limpio las lagrimas de sus ojos, cuando las limpio y e un momento de despiste beso a SU Hyuk en los labios, un beso amoroso pero corto, luego de ese beso ya avergonzada de lo que hizo escondio la cara en el pecho del chico, pensando en lo que acababa de ocurrir y rio.


-No deveria decirlo pero oso me conto lo que te ocurria, el por que de tu raro comportamiento, aunque no me lo crei, no podia creer que mi primer amor sintiera lo mismo por mi-le conto abrazandose mas a el-dales las gracias a todos de mi parte-añade riendo y volviendolo a mirar , la vverdad es que jamas se cansaria de mirarle

Lo siguiente que ocurrió fue aunque grato sorpresivo, pues Emili se le lanzo encima, haciéndole perder el equilibrio y cayendo de espaldas a la orilla del río. El agua le empapo ligeramente, no había casi profundidad de modo que tenia la cabeza tocando el lecho de la orilla y aun así tenia la cara fuera del agua – por favor no llores Emili – dice a la chica mientras coloca las manos en su espalda también dándole un fuerte y continuo abrazo. Perdió la concentración un momento y ella aprovecho para darle un beso corto en los labios, posteriormente apoyo su rostro en el pecho del monje a modo de ocultar su rostro.

Supongo que en su momento no estaba preparado para saberlo, querida – dice mientras mantiene el abrazo – ya te han escuchado, así que tranquila – la conversación en ese momento estaba siendo escuchada por los cuatro espíritus, de modo que no hacia falta pasarle el mensaje. No paso mucho tiempo antes de que el monje se diera cuenta del ambiente que lo rodeaba, era bastante hermoso el claro, los espíritus del bosque comenzaron a hacerse notar también iluminando como estrellas el área circundante – parece que estamos rodeados de muchos curiosos – le dice el monje con una sonrisa a la maga.

Emili alzo la cabeza y se aparto del monje para el èl tambien sepudiera sentar, no pudo evitar sonreir al ver los espiritus flotando alrededor en la oscuridad de la noche, era una vista maravillosa.

-Gracias-susurro a los espiritus mientras sonreia levemente, aunque la oscuridad que los envolvia hizo devolver a la realidad a la maga, ya era tarde y su maestra estaria preocupada, por no decir enfadada pero no quiera irse, si lo hacia a saber cuando volveria a ver a su novio....novio....solo con pensarlo ya sentia su cara enrojecer, era vergonzoso.

-No quiero irme-le dijo al chico triste-la ultima vez tardamos 3 años en volver a vernos, no quiero tardar tanto en ver a mi...novio-añadio aunque la ultima palabra la dijo bajito para que no la escuchara, ya que le daba mucha verguenza.

La joven se volvio a sentar en las rodillas del chico cuando este se sento y lo abrazo con fuerza por que no se queria ir, recordando lo sucedido hoy y que no queria que acabara, aunque eso tambien le hizo recordar algo que queria preguntar.

-¿Que fue lo que te fijo tigre?-pregunto curiosa mirandole-fue algo relacionado con mi aspecto que era-añadio sin darle intencion de que se escaqueara.

La chica se levanto permitiendo al monje poder alzarse también, tenía toda la espalda empapada y caminaron un poco hasta la orilla donde se sentó con las piernas cruzadas – no estaré alejado de ti como antes lo prometo - dice Hyuk referente al cementerio de los 3 años que pasaron antes de volver a verse, había escuchado una especie de susurro al final pero no podía saber a ciencia cierta que era. La chica nuevamente se sentó en sus rodillas, por un momento la sangre se le subió al rostro de nuevo, pero no tardo en tranquilizarse y darle también él un fuerte abrazo.

Curiosamente no hacia mucho frío esa noche, estaba templado, a fines prácticos era como decir que ni mucho calor o frió. La tranquilidad que mantenía el monje mientras abrazaba a la chica se perturbo en la ultima pregunta de esta, abrió los ojos y alejo un poco el rostro, mientras la miraba a los ojos intentaba recordar que había sido, en el momento que lo supo se le subió nuevamente la sangre al rostro – pues… - no le salían las palabras –“¿Qué se supone que debo decirle?” – pregunta el monje a los espíritus – “Dile la verdad, si a estas alturas ya no importa” – contesto la tortuga. Hyuk trago saliva preparándose para decirlo, se le hacia algo complicado – Cuando apareciste en la plaza…yo no pensé que habías crecido tanto y…en ese momento me quede mirándote los pe…pechos… - dice mientras cerraba fuerte los ojos, ahora seguramente la habría cagado pero tenia que contestarle con honestidad – discúlpame por eso…

Los espíritus que rodeaban a la pareja comenzaron a acercarse un poco, sobre todo los espíritus del río, quienes se aproximaban más a Emili. Su apariencia era de pequeñas gotas de agua de color verdoso, a diferencia de los espíritus del mar quienes eran de color azul, ambos simbolizaban el agua, y aparentemente justo ahora se sentían a gusto con la presencia de la maga.

Si había algo que la joven Emili Pralus Maslac, sabia en sus cortos 20 años de vida, era que había gente de todo tipo, desde los más santurrones a los más perversos, desde la persona más pacifica del mundo hasta la más retorcida, y sobre todo era que no siempre la gente era lo que aparentaba, pero que justo en ese momento, Hyuk, SU Hyuk que para ella siempre había sido un inocentón y santurrón, le admitiera que le había estado mirando los pechos, bueno, digamos que si su cara fuera un tomate habría ganado un concurso de lo roja que estaba.

-Pervertido-fue lo único que dijo mientras miraba hacia otro lado, y cruzaba los brazos encima de sus pechos, no podía creerse lo que hoy, ¡Si hacia solo tres año la critico por la ropa que llevaba! La cual curiosamente era la misma que portaba ahora mismo, y claro si lo pensaba la situación resultaba redundante y divertida.

-hace tres años, me criticaste por que llevaba esta ropa, y ahora parece que te gusta…Hyuk, pervertido-dijo divertida, aunque en realidad era un pensamiento en voz alta a sí que ni siquiera espero una respuesta de su parte.

Emili bajo los brazos y delicadamente llevo sus manos al césped donde varios espíritus del agua se posaron en sus manos alegremente como si la conocieran desde siempre, eso hizo que se sintiera orgullosa consigo misma ya que sus entrenamientos estaban dando frutos.

-Jane me ha estado enseñando a ver espíritus del agua e interactuar con ellos, parece que lo estoy consiguiendo-dijo esta vez sí hablando con él, mientras le mostraba los pequeños espíritus que saltaban alegres, por desgracia no podría estar con ellos mucho tiempo mas, ya que el tiempo se acababa y tendría que volver a casa.

Era digamos inevitable la reacción de Emili, pero eso no quitaba en cada ocasión que dijera “Pervertido” sintiera como una gran flecha le atravesara la espalda – y lo mantengo, una chica tan hermosa como tu debería tener cuidado con las cosas que viste – dice mientras apoya su frente junto a la de ella – no quiero que te miren con malos ojos – finalizo dándole un beso en la frente. Si, era verdad que le causo un buen impacto tanto su indumentaria como su actual físico, pero eso no significaba que cambiaba de parecer, sino mas bien lo contrario, pues ahora sabia de primera mano el tipo de impresión que causaba, y quería evitarle a Emili problemas relacionados con eso.

La cosa parecía calmarse, gracias a la presencia de los espíritus del río, y que Emili estaba aprendiendo a observarlos e interactuar con ellos, el monje por su parte le sonrió mientras ella estaba siendo rodeada por los pequeños espíritus – Has crecido mucho y no hablo de tu físico – dice el monje, ahora completamente calmado y con los colores de rostro de forma normal – te comente una vez que ellos son muy sensibles a las emociones, no es nada fácil poder aclarar tanto la mente y el corazón para poder observarlos – le dice mirándole a los ojos - y que lograras en solo 3 años lo que a mí me tomo 15, realmente es impresionante, estoy muy orgulloso de ti – tras decir eso le da un pequeño beso en los labios – bueno, creo que deberíamos irnos, tu maestra seguro me mata si tardo demasiado en llevarte – el monje sienta con suavidad a la chica en el suelo, para luego levantarse y extenderle la mano.

Ciertamente había sido un día bastante extraño, entre lapsus mentales, revelaciones inesperadas, pero también mucha alegría, el monje tampoco quería que se terminase todo pero tenia una responsabilidad, llevarla sana y salva de vuelta con su maestra. Había prometido no separarse de ella, cosa que pensaba cumplir así solo estuviese relegado a tareas menores en el Martillo, no volverían a pasar años sin verla nuevamente.

Emili se sintió muy feliz cuando escucho las palabras de Hyuk y de que se sentía muy orgulloso de ella, eso era muy importante para la joven maga que pensaba en seguir entrenando aun mas y esforzarse al máximo, la chica dejo a los espíritus del agua en el césped y se despidió levemente antes de levantarse ayudada por su novio, y cuando ambos estuvieron de pie empezaron a caminar hacia el portal tomados de la mano.

Era cierto que había sido un día interesante, un día que había empezado bien y que contra todo pronostico había terminado mejor todavía y eso era algo que le hacia muy feliz, sobretodo por que sabia que Hyuk cumpliría su promesa de no dejar de verla, aunque eso no significaba que quisiera separase de el, si no fuera por que sabia que su maestra mataría al chico si lo viera, insistiría con que fuera con ella al castillo.

-¿Me prometes que nos volveremos a ver pronto?-pregunto cuando llegaron al portal y antes de que ella entrara, la verdad es que tenia miedo de que pasara mucho tiempo sin verse y el se olvidara de ella, a si que antes de que entrara en el portal le volvió a besar en los labios,esta vez un beso largo y profundo como si fuera el ultimo que se fueran a dar y cuando se separaron por falta de aire, le miro sonriente.

-Te amo Hyuk-dijo antes de alejarse de el y adentrándose en el portal, esperando que esa promesa se cumpliera lo más pronto posible.

El monje ayudo a Emili a levantarse del suelo y comenzaron a caminar, la ruta era un portal que no había sido abierto por el, era un blasón de Arco de Luz, no tardo en darse cuenta de que había pasado, no podría llevar el mismo a la maga dentro de la ciudad prohibida, no había mucho que hacer al respecto – Un hombre siempre cumple su palabra – dice mientras le da una palmadita en la cabeza, incluso con la actual relación que tenia con ella, habían ciertas costumbres que nunca cambiarían.

Un suceso que podría llamarse inevitable aconteció mientras se acercaban al portal, Emili se puso en frente del monje dándole un beso profundo, este por su parte le correspondió y cruzando las manos detrás de su espalda le dio un fuerte abrazo, para estar mas cerca de ella en ese momento. Cuanto tiempo paso, no se sabe, pero lo cierto es que aquel beso continuo hasta que ambos quedaron sin aliento – Yo también te amo Emili – le dice antes de permitir que se aleje y atraviese el portal. El monje por su parte también tenia unas cosas que hacer, pero había olvidado por completo entregarle el presente que buscaba en Guang Yu – Hora de volver a casa – el monje extiende su mano y una puerta dorada de forma circular aparece frente, atraviesa el umbral terminando ahora dentro del castillo D’ Arc, tenia algunas cosas que aclarar y varios permisos que firmar, su trabajo no lo mantendría alejado de ella nuevamente.